Centroamérica Nicaragüenses

El Frente Sandinista ayer y hoy

Actualmente existen muchas dudas entre muchos compañeros y compañeros sobre el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que hoy gobierna Nicaragua en forma de una sanguinaria dictadura pero siendo el mismo partido que le dio un ejemplo de lucha y dignidad a todo el mundo cuando en 1979 culminó un largo proceso de lucha contra la dictadura de la familia Somoza liberando al pueblo.

Tener esa confusión es muy natural, sobre todo cuando algunos protagonistas del FSLN de los 70s también son protagonistas hoy como lo es el mismo Daniel Ortega o el heroico Edén Pastora Comandante Cero un “Che Guevara” de su época, pero lo cierto es que muchas cosas han cambiado.

La idea de este artículo es tratar de colocar elementos de diferenciación entre cada etapa el FSLN, con el fin de hacer ver que la organización revolucionaria no existe más, y ahora es una sigla vacía que sirve para mantener un gobierno capitalista dictatorial en Nicaragua.

El FSLN que tumbó a Somoza

El FSLN de la primera etapa sirvió como organizador de la gran insurrección popular, potenció los métodos de lucha del pueblo de Nicaragua en distintos frentes de lucha, organizó un ejército popular con el pueblo alzado en armas, pudo combinar los métodos de guerrilla urbana, frente de masas y guerra de guerrillas en las montañas, con esas formas de enfrentamiento logró destruir la Guardia Nacional de Somoza y con eso la caída de la dictadura.

En esa primera etapa el Frente tenía una gran fortaleza de lucha, pero un programa muy limitado, que no quiso, a pesar de tener la posibilidad, quitarles las empresas y tierras a los ricos para ponerlas a producir para el pueblo y tampoco quiso poner al pueblo en armas en Nicaragua para fortalecer la lucha del pueblo salvadoreño.

El FSLN de los 80s

El FSLN de los años 80s, que, si bien tuvo el gran mérito de combatir a la Contra, se puso al frente de la reconstrucción del Estado Burgués en Nicaragua, a pesar de tener al pueblo armado apoyándole. Prefirió pactar con los empresarios e iniciar un proceso de reconstrucción del poder, en este caso no de poder popular sino más bien volviendo a las formas de gobierno que permiten a los empresarios mantener su poder económico y político.

En los años 80s el FSLN eliminó el ejército del pueblo en armas para construir un ejército regular al mismo tiempo que tuvo la política de desarme generalizado de la población, y realizó expropiaciones selectivas que en muchas ocasiones beneficiaron a los altos mandos el nuevo ejército y el partido, generando un gran descontento entre los campesinos, lo que fue aprovechado por los Estados Unidos con la política del presidente Regan de armar una contra revolución en Nicaragua.

El FSLN hoy

El FSLN que participó en las elecciones de 2006 con Daniel Ortega como candidato a presidente ya participó directamente como un partido burgués usando acuerdos con políticos corruptos como Arnoldo Alemán, en coalición con partidos de base evangélica y con la clara propuesta de reformar el Estado de Nicaragua para mantener un control completo de todo el poder político del país.

Comprender ese pasado y ese presente es de suma importancia para los compañeros y compañeras nicaragüenses que hoy tienen dudas sobre si enfrentar a Daniel Ortega es una traición a la lucha de sus padres, abuelos y familiares que dieron su vida por la lucha del pueblo de Nicaragua bajo las banderas del FSLN. A ellos les debemos decir que no es así, que hoy enfrentar a Ortega, aunque use los colores y el nombre del FSLN es enfrentar a un dictador como Tacho Somoza.

Tampoco enfrentar a Ortega y el FSLN actual es estar con los liberales corruptos o los que defienden la vuelta de la dictadura, o la intervención del gobierno de Estados Unidos como en los años 80s.

Es posible enfrentar al FSLN usando los métodos de lucha de aquella insurrección en 1979, que actualmente en poblados como Monimbó se están usando, apoyando la insurrección en todo el país, las armas para todo el pueblo para defenderse de la carnicería que está haciendo la dictadura, y una vez destruida la dictadura poder aprender de los errores de la revolución anterior, y esta vez no ceder el poder a los empresarios, esta vez dar el poder al pueblo trabajador y hacer un gobierno que únicamente vea por los intereses del pueblo. Solo así los muertos, la sangre y el sacrificio de la lucha va a dar los mejores frutos y la verdadera Nicaragua Libre y para su propio pueblo.