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Llega Bolsonaro al poder. Desafíos para la clase trabajadora en Brasil

El pasado 28 de octubre quedó electo en segunda ronda en Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro por el Partido Social Liberal (PSL) con un 55.13% de los votos. Bolsonaro quedó de primero el pasado 7 de octubre disputando con el segundo lugar Fernando Haddad del Partido de los Trabajadores (PT).

Bolsonaro adquirió popularidad en los últimos meses gracias a sus posiciones nacionalistas y conservadoras, con una defensa abierta a la dictadura militar que vivió Brasil en 1964 y por criticar a los partidos de izquierda, especialmente los años en que el PT estuvo en el poder. También defendía en medios de comunicación que la tortura es una práctica legítima y que estaría en contra de los derechos de las mujeres, la comunidad LGBTI y de los derechos adquiridos de la clase trabajadora.

Los votos obtenidos por Bolsonaro, corresponden a una gran parte de la clase trabajadora del país. Sin embargo, creemos que no votaron en acuerdo al programa que el ultraderechista agitó en elecciones, sino un voto castigo al PT. El PT surgió de la misma clase trabajadora, pero hace muchos años desvió su camino y se alió a banqueros y grandes empresarios con el fin de continuar en el poder en Brasil, se convirtió en un partido tradicional de la burguesía, encabezando escándalos de corrupción y atacando a la clase trabajadora como la burguesía acostumbra hacerlo.

En Brasil, la vida de los trabajadores sigue precarizándose, la crisis económica se siente con más rudeza y el PT insiste en desligarse de las luchas que los trabajadores no dejan de dar. Es contra todo ese panorama, que una gran parte de la población decepcionada le depositó su confianza a un candidato abiertamente xenófobo, machista, en contra de la libertad de organización, de la lucha y de la manifestación; y que, en suma, defiende abiertamente un país con régimen dictatorial.

El panorama electoral en Brasil, se demarcó por la participación de los clásicos partidos de derecha, así como los partidos que aún dicen ser de izquierda pero que agitan un programa reformista y de confianza con el sistema capitalista, entre ellos el PT o el PSOL. Sin embargo, también la participación del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), con Vera Lucía como candidata presidencial, demostró que aún es posible la construcción de un polo revolucionario, de izquierda socialista y que llame a la clase trabajadora a rebelarse con el sistema y que puede transformar el país, no precisamente desde las urnas, sino luchando en las calles hombro a hombro contra todos los ataques.

Precisamente, la oposición revolucionaria del PSTU, afirmó siempre que el combate a Bolsonaro no podía ser únicamente en las urnas o durante el proceso electoral, sino que debía fortalecerse en las calles y que cada vez debía haber un proceso de preparación para luchar en defensa de los derechos e intereses que han sido adquiridos también mediante procesos de lucha.

Una gran parte de la población no cree que las libertades democráticas serán atacadas en el país, sin embargo, ya se han dado manifestaciones de violencia contra opositores a Bolsonaro, inclusive asesinatos, así como se han dado actos de censura a estudiantes en algunas universidades del país que abiertamente llamaban al voto contra el PSL de Bolsonaro. Este panorama se da recién pasadas las elecciones y no debe descartarse que se intensifique en los siguientes cuatro años de gobierno.

Desde el PSTU en Brasil, se cree que la clase trabajadora tiene muchos desafíos y por eso hace un llamado urgente a toda la clase trabajadora, al pueblo pobre, a la población negra, indígena, a las mujeres, a las centrales sindicales y en general al movimiento popular a unirse para luchar y defender los intereses de clase. Es una necesidad defender el empleo, la salud, la educación, la vivienda digna, las pensiones, el fin de la discriminación a la comunidad LGBT, el derecho a la organización y la lucha en la calle, el fin de la violencia en las periferias de los centros urbanos. Todo esto debe defenderse mediante comités de lucha en todas las comunidades y centros de trabajo de cada ciudad, además se vuelve más necesario la amplia unidad y el llamado a una huelga general desde las centrales sindicales q unifique las luchas obreras en las calles.

Así mismo, hacen un llamado a que toda esa organización y lucha se traduzca en la construcción de una alternativa política revolucionaria para el país. La construcción del PSTU como partido que combate el capitalismo y dedica su vida a la construcción de una sociedad socialista, que acabe con la desigualdad, la injusticia, la discriminación, opresión o la violencia.