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Más de 50 mil trabajadores de la General Motors hacen huelga en los Estados Unidos

La huelga de trabajadores de la compañía automotriz General Motors (encargada de producir los vehículos Chevrolet) en Estados Unidos inició el pasado 16 de diciembre. Los huelguistas exigen mejores salarios, participación en las ganancias, plan de salud accesible, equipamiento adecuado para evitar accidentes laborales, entre otras reivindicaciones.

Es la primera huelga de empleados de GM en 12 años y afecta a una treintena de plantas en EEUU. El paro se produce 10 meses después de que GM anunció el cierre de cinco plantas en Estados Unidos y Canadá como parte de una “gran reestructuración” que incluyó el despido de 14.000 empleados.

Las precarias condiciones de los trabajadores contrastan con las ganancias de la empresa. En 2018, la GM acumuló ganancias por 11.800 millones de dólares. En el segundo trimestre de 2019 registró un aumento de 1,2% en la ganancia líquida, sumando 2.400 millones de dólares en este corto período.

Conforme pasan los días el movimiento se fortalece, causando pérdidas millonarias de unos mil millones de dólares, así como caídas más de un 3% de sus acciones en Wall Street.

Los efectos de la huelga se están extendiendo a países como Canadá y México, donde a inicios del movimiento huelguístico despidieron a 450 trabajadores. Recientemente, en la fábrica en Silao, en el Estado de Guanajuato, se dieron 6.000 despidos. En Brasil, la GM despidió trabajadores en las fábricas de São Caetano do Sul y de São José dos Campos, y en el campo de pruebas de Indaiatuba.

La lucha ya tuvo una primera victoria, ya que la patronal anunció el pasado 27 de setiembre que sí mantendrá el pago del seguro de salud de los trabajadores después de haberlo eliminado durante los primeros días de huelga.

Sin embargo, la combatividad de la huelga es tal que los trabajadores son conscientes de que no levantarán el movimiento hasta que no se dé respuesta a todas las otras demandas. La última propuesta de GM, entregada el pasado domingo 3 de octubre y que incluía aumentos progresivos para los próximos cuatro años, fue rechazada mayoritariamente por las bases.

¿Cuál es el papel de la dirigencia de la UAW?

La lucha en la GM amenaza con extenderse durante más tiempo y rebasar a su dirigencia, el sindicato United Auto Workers (UAW). No hay una política para que la huelga se desarrolle en otras fábricas, como la Ford o Fiat, donde ese mismo gremio tiene enorme influencia. Consideramos que en este momento es cuando más debe apostar a la unidad, e incluso tener un plan para sumar tanto a los trabajadores despedidos en otros países, como construir una campaña de solidaridad a nivel nacional que incorpore a otros grupos, como el sector salud, docente, inmigrantes, entre otros que han venido resistiendo a los planes antipopulares del gobierno Trump.

Además, ¿¿NO?? ha preparado a sus bases para la eventual represión de la patronal. Un ejemplo de ello se dio el 21 de setiembre, en la planta de Arlington, Texas, cuando la compañía contrató rompehuelgas para abrir las puertas de la fábrica y esa misma dirigencia se negó a organizar a las bases.

Por otra parte, desde hace años GM lleva a cabo una política de precarización laboral, con el aumento en la contratación de trabajadores temporales. En este aspecto la dirección del sindicato ha estado de acuerdo, bajo el razonamiento de que “es eso o el cierre total” de puestos de trabajo.

Toda la solidaridad hacia los trabajadores de la GM

Ante esta difícil situación, desde el Partido de los Trabajadores, sección costarricense de la Liga Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional, nos solidarizamos con esta poderosa huelga como el único camino para hacer valer los derechos que hoy se encuentran pisoteados. La insatisfacción de los sectores populares contra el gobierno Trump, plasmada en este movimiento, es una muestra del fracaso de sus políticas, dedicadas a defender y. proteger los intereses de las grandes multinacionales capitalistas como la General Motors.

Para hacer triunfar esta histórica huelga, los trabajadores de la GM deben extender el movimiento a escala nacional; 50 mil obreras y obreros ya demostraron tener la fuerza necesaria para parar la producción. Por eso es necesaria la creación de comités de huelga y fábrica que lleve a extender la movilización, desde las bases, a otras empresas automotrices y además a nivel internacional, como la GM en México y Canadá, donde los despidos pueden alimentar jornadas de lucha que lleven al triunfo.