Movimiento Mujeres

8M: ¿Por qué proponemos un Sistema Universal de Cuidados?

El 8 de marzo se conmemora en todo el mundo el Día internacional de las mujeres trabajadoras. Fecha que tiene origen en la propuesta de Clara Zetkin en 1910, en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, en un contexto de lucha por los derechos políticos de las mujeres y por la emancipación de la clase trabajadora. Las organizaciones socialistas no olvidamos el origen de lucha socialista de esta fecha.

Las mujeres en Costa Rica, hoy en día, están dedicando gran parte de su tiempo a cuidar. Entendido esto como atender las tareas necesarias para que la vida humana continúe: alimentación, higiene básica, supervisión, educación, guía, cuidados de personas enfermas, con discapacidades o de edades avanzadas, entre muchas otras. En promedio, las mujeres dedican a esto 32 horas por semana mientras que los hombres casi 16h por semana, es decir menos de la mitad (Datos del INEC 2023). Esto se debe a que socialmente, por machismo, se asigna a las mujeres la responsabilidad sobre lo doméstico e incluso se promueve la noción de que es ese su principal rol en la sociedad, mientras que sería el de los hombres la participación de los espacios públicos como el trabajo pago, la política, entre otros.

En un país con una población de 5.229.000 personas, más de un millón de mujeres en edad de trabajar está fuera de la fuerza laboral, muchas por el trabajo de cuidados que realizan en sus hogares.

En el 2023, se constató que la mayoría de las mujeres del país no cuenta con un trabajo remunerado (por el que reciban pago). La tasa de ocupación de las mujeres en el país es de 37,4 %, lo cual es un número verdaderamente alarmante, especialmente dado que no existe seguro de desempleo ni pago alguno a las amas de casa, como se viene planteando en varios países. En la clase trabajadora y sectores más empobrecidos, casi el 80% de las mujeres se afirman estar fuera de la fuerza laboral por responsabilidades de cuido sin pago (Dato de la OCDE, 2023). En el país, los servicios de cuido para menores antes de preescolar es ínfimo en proporción a la población, y en preescolar y primaria, los horarios requieren de personas adultas que atiendan a esas personas no sólo durante muchas horas diarias, sino con jornadas alternadas y cambiantes. La misma desfinanciación de la educación implica sobrecarga laboral docente, enfermedades y ausencia de personal sustituto y recarga sobre las familias cuando se dan ausencias. A esto se suma el brutal ataque a las redes de cuido, a las becas para educación y a las instituciones de ayuda social del actual gobierno burgués,  privatizador y pro-empresarios.

Desde la tradición socialista, desde el siglo XIX hemos reivindicado la importancia de la independencia económica de las mujeres, así como su participación del trabajo sin prejuicios, en todo tipo de tareas y luchas sociales. Lo cual es imposible en el capitalismo, porque la economía funciona a partir de mantener ejércitos de personas sin empleo, para presionar a la baja los salarios, además de todo el trabajo gratuito e individualizado realizado por las mujeres en los hogares, que son ahorros a la patronal (si ese trabajo fuera pago, los salarios tendrían que subir para ser suficientes a la sobrevivencia de las personas trabajadoras). La contraparte de la propuesta socialista, necesaria para que las mujeres puedan salir de la esclavitud doméstica, consiste en comprender las labores de cuidados y necesarias para la vida, como una responsabilidad de la sociedad de conjunto, en vez de ser tareas repetitivas y privadas a realizarse en cada casa de manera aislada, redundante y sin ninguna preparación para asuntos tan complejos como la crianza o la asistencia a personas enfermas.

Es por todo esto que desde el PT consideramos necesario un Sistema Universal de Cuidados, público, gratuito y de calidad, donde se atienda a las personas de todas las edades, desde su nacimiento hasta su muerte. Este debería incluir servicios de guarderías para bebés, menores de edad, adultos mayores y población con discapacidades, incluyendo atención por parte de personal preparado, alimentación, lavanderías e implementos básicos, garantizando estándares de calidad, a ser fiscalizados por las comunidades y garantizados por el Estado. Para financiar esto, proponemos tasar al gran capital con impuestos a sus ganancias a costa de nuestra explotación y suspender el pago de la espuria deuda pública.

¡Por la liberación de las mujeres del trabajo doméstico y de cuidados!

¡Por un Sistema Universal de Cuidados, público, gratuito y de calidad!