19 feb (SocialismoHoy.com) – Una vez más el gobierno de Luis Guillermo Solís ataca los bolsillos del pueblo trabajador: esta vez los empleados públicos, en los hechos, no tendrán aumento salarial para el primer semestre de 2016, según la última negociación.
La propuesta aprobada en el seno del Consejo Nacional de Salarios plantea un incremento de entre 0,25% hasta un 1% solamente para trabajadores del Estado que ganen menos de 439 mil colones. Este ridículo incremento no aplica para el sector profesional, lo que ratifica la política de congelamiento al salario por parte del gobierno, que sigue cumplido al pie de la letra los lineamientos de la UCCAEP y demás sectores empresariales.
Este “aumento 0%” va a profundizar la crisis económica que viven las familias trabajadoras costarricenses, porque ya en este momento los salarios no alcanzan para cubrir las necesidades básicas. Mientras los salarios caen, el costo de la vida va en aumento: lo vemos en la subida de precios a la canasta básica, de las tarifas de bus y los servicios básicos (agua, luz, teléfono).
La política salarial del gobierno es idéntica para el sector privado, ya que la última negociación dejó un triste incremento del 0,67%. La realidad para este sector es más difícil puesto que en muchos casos ni se paga el salario mínimo, horas extra ni se tiene acceso a un seguro social. Por si fuera poco, existe una dictadura patronal ya que no se pueden formar sindicatos para defender estos y otros derechos.
Dirigencias sindicales negocian a espaldas de los trabajadores
La negociación transcurrió entre cuatro paredes entre el gobierno y las dirigencias sindicales, sin ninguna discusión previa entre las bases. El Bloque Unitario Social y Sindical (Bussco, que no suscribió el acuerdo) propuso un 1,50% para toda las categorías, mientras que Patria Justa (ANEP, sindicatos del ICE, entre otros), planteó un 1,49% inicialmente pero rápidamente agachó la cabeza y aceptó la propuesta de 1% por parte del gobierno.
Esta ha sido la tónica de las últimas negociaciones, donde las burocracias sindicales, en lugar de luchar por un salario digno, prefieren pactar con el gobierno propatronal de Solís. Lo decimos así porque desde el inicio se mostró como enemigo de los trabajadores, al atacar convenciones colectivas y querer subir impuestos que al final los terminarán pagando los sectores populares.
El Frente Amplio también tiene su cuota de responsabilidad en este proceso. Sus diputados, en vez de denunciar la política salarial del gobierno, ponen todas sus fuerzas en impulsar proyectos de ley que en muchos casos se pierden en la Asamblea Legislativa. Esto los ha llevado a pactos con partidos burgueses como el PAC, que hoy por hoy su prioridad es no tocar a los grandes capitalistas.
En lo concreto, están apostándole a la iniciativa del Salario Mínimo Vital. Si bien estamos de acuerdo con la necesidad de que el salario de la clase trabajadora aumente más allá de la inflación, para que esto se imponga habrá que luchar hombro con hombro trabajadores públicos con privados. Depender de que estas leyes se aprueben en la Asamblea, con base en pactos con partidos burgueses como el PAC y no apoyado en la movilización, es condenarnos a la derrota desde el inicio.
Muchos de quienes apoyan al FA son trabajadores honestos y luchadores, pero no debemos tapar el sol con un dedo: este partido se ha equivocado al no poner sus fuerzas para organizar la lucha por una reivindicación tan básica como lo es el derecho a tener un salario digno.
Organicemos desde las bases la lucha por un verdadero aumento salarial
Como Partido de los Trabajadores proponemos un cambio profundo en la forma en que se pactan los aumentos al salario. Nos parece que esas negociaciones entre cuatro paredes fortalecen al gobierno y su política de atacar las conquistas para que seamos los trabajadores los que paguemos por la crisis. A su vez, esas mismas dirigencias sindicales oportunistas se consolidan porque imponen sus intereses (privilegios, dietas como dirigentes) por encima de los de sus bases.
Al contrario, consideramos que cualquier mejora salarial debe pasar por una amplia discusión entre las bases de los sindicatos; estos deben generar una propuesta salarial que compense el aumento el costo de la vida. Una iniciativa de mejora salarial desde las bases sindicales debe ser defendida mediante la movilización.
La lucha tiene que librarse en unidad de todo el sector público con los trabajadores privados, que hoy viven en condiciones laborales precarias y no tienen, en la práctica, derecho de organizarse. Solo la movilización unitaria de toda la clase trabajadora podrá torcerle el brazo al gobierno y a los empresarios, y conquistar aumentos salariales dignos.