Durante las últimas semanas en nuestro país se ha discutido la posibilidad de abrir las fronteras para que las personas desplazadas y perseguidas por el conflicto nicaragüense se puedan refugiar y defender su vida.
El conflicto en Nicaragua tiene más de 200 muertos, 2000 heridos, unos 600 detenidos y varias decenas de desaparecidos, según las organizaciones de derechos humanos en este país. A esto se le suma el caso de cientos de personas que han perdido sus empleos o cuyas familias han sido amenazadas por participar de las movilizaciones.
El planteamiento de apertura de fronteras es una exigencia que nuestro partido y otras organizaciones hemos levantado y apoyado desde el inicio del conflicto.
Esta medida no es algo nuevo en este tipo de situaciones. El año pasado Francia tuvo que tomar medidas similares ante la crisis humanitaria en sus fronteras y es lo que exigen decenas de organizaciones obreras en Brasil hacia los migrantes venezolanos hoy.
Este planteamiento ha generado una reacción violenta de algunos sectores, alegando que esta medida “va a llenar el país de nicaragüenses”. Algunos sostienen que esto colapsaría nuestros servicios de salud, aumentaría el crimen, colapsaría nuestra economía e incluso significaría la entrada de maras.
Por otro lado el gobierno de Carlos Alvarado ha manifestado formalmente “su preocupación” por las víctimas del conflicto, pero más allá del discurso este gobierno está negando la amplia mayoría de solicitudes de refugio y no ha roto relaciones con el gobierno de Ortega.
Mantener las fronteras cerradas y negar las solicitudes de refugio lo único que va a hacer es incentivar las redes de coyotaje, la explotación y la corrupción en el aparato migratorio.
Ante una crisis humanitaria de la magnitud de la que enfrenta el pueblo nica las fronteras deben abrirse, se debe proveer protección, alimentación y hospedaje a quienes han tenido que salir de su país. Como clase trabajadora debemos expresar nuestra solidaridad apoyando esta solicitud, además de movilizarnos con el pueblo nica hasta la salida del gobierno Ortega-Murillo.