En medio de la ofensiva del gobierno por aprobar la reforma fiscal no podemos olvidar que el llamado gobierno de Unidad Nacional lo integra el Frente Amplio (FA) que tiene como Ministra a Patricia Mora (ex diputada y ex presidenta del partido).
Patricia Mora del otro lado de la acera
Las grandes barreras que separan la Asamblea Legislativa y Casa Presidencial de los manifestantes en la huelga también son una línea divisoria con Patricia Mora, ella y una parte de la cúpula del FA decidieron estar del otro lado de la acera compartiendo mesa con Edna Camacho, Rodolfo Piza, Rocío Aguilar, André Garnier y todo el gobierno de los ricos a quienes representa Carlos Alvarado.
A Mora le tomó más de 48 horas pronunciarse sobre la huelga, emitió un corto video de 1:30 minutos donde dice que el plan fiscal es sesgado, pero su llamado es a que se “abra las vías de la conversación” sin referirse a la necesidad de fortalecer la huelga. Intentaba aparecer como consejera de ambos bandos –gobierno y sindicatos en huelga- cuando ella en realidad integra el bando del gobierno.
Tras su tardío mensaje inicial Patricia Mora ha guardado silencio sepulcral ante la represión que lleva adelante el gobierno y sobre los intentos de aprobar la reforma a golpe de tambor.
Recientemente Patricia Mora acompañó una gira presidencial por Puntarenas, donde tan solo semanas atrás la policía del gobierno que ella integra había golpeado a compañeros en lucha. Mientras el pueblo porteño se manifestaba dentro y fuera del recinto donde se realizaba el Consejo de Gobierno, la ministra del Frente Amplio guardaba silencio y una postura cómplice con el gobierno.
Los femicidios no son emergencia pero acabar con la huelga sí
La principal bandera de Patricia desde el INAMU era la declaratoria de emergencia nacional por la ola de femicidios, no obstante, al final se emitió una declaratoria de prioridad -distinto a emergencia- que no garantiza mayores recursos ni medidas extraordinarias para combatir la violencia machista. Su homólogo, el Presidente Ejecutivo de la CCSS, en los primeros días de la huelga, declaró emergencia nacional en los servicios de salud y destino más de 33 mil millones a contratar servicios privados para hacer frente a la huelga.
Para el gobierno las mujeres no son prioridad, pero destinar millones a dudosas contrataciones en medio de la huelga sí.
Aplazar los derechos de las mujeres y priorizar los ataques
Quizá donde ha sido más evidente la política del gobierno hacia las mujeres ha sido la postura ante la firma de la norma técnica para el aborto terapéutico. Tan solo se requiere la firma del presidente para que esta norma técnica entre en vigencia, pues es parte de los derechos que ya están contemplados en la legislación. Alvarado, en una arremetida de honestidad, dijo a la prensa que el aborto terapéutico no era un tema prioritario, que estaba enfocado en atender el problema fiscal y que firmaría la norma técnica cuando él lo considerara conveniente.
Aunque Patricia haya hecho críticas a esas declaraciones, en los hechos es parte de ese equipo de gobierno para el que la prioridad ha sido imponer el Plan Fiscal, mientras los derechos de las mujeres quedan relegados para el momento en que al presidente le plazca.
Un puesto en el gabinete no cambia la política de favorecer a los ricos
Los defensores de Mora y la cúpula del FA argumentan que “es mejor que ella este ahí a que el puesto lo ocupe un enemigo de las mujeres” o que “se puede hacer incidencia desde ese puesto o lograr balancear el gobierno”, nos parece que esos criterios son equivocados y lo que terminan es embelleciendo un gobierno al servicio de los ricos.
En un estado capitalista y en un gobierno al servicio de la burguesía el gabinete expresa una política de conjunto, no se trata de tal o cual opinión individual de un ministro sino de las medidas que se adoptan como un todo. Parafraseando a Rosa Luxemburgo, cuando un socialista o un luchador entra a un ministerio burgués no son las luchas las que ganan, sino el gobierno enemigo que las absorbe y las derrota más fácil; justamente hoy el rol principal de Patricia es embellecer al gobierno y colaborar en la aplicación de su política.
Las luchas de las mujeres, como la huelga contra el plan fiscal pueden triunfar sobre la base de la unidad y la movilización en calles; un puesto en el gabinete del gobierno enemigo contra el que se lucha, no ayuda sino que más bien debilita la lucha.
El FA y la Reforma Procesal: otra muestra de colaboración con el gobierno
Lo de Patricia Mora en el gobierno no es un hecho aislado, es parte de toda una estrategia más general de la cúpula de FA de ser un fiel colaborador de los gobiernos del PAC.
La aprobación de la Reforma Procesal Laboral (RPL) fue presentada como una victoria histórica por el Frente Amplio y es el fruto de su colaboración con el gobierno de Solís. Esa misma reforma es la que hoy están utilizando para condenar la huelga e intentar acabar con ella mediante los tribunales.
Esa ley vino a burocratizar aún más el derecho de huelga, poniendo una serie de requisitos prácticamente imposibles de cumplir. Ahora que se niega el derecho a la huelga en la CCSS o en los puertos es buen momento para recordar que la dirigencia de ANEP y del FA pactaron con el gobierno y los diputados para no incluir el derecho a huelga en los llamados servicios esenciales.
Del lado del gobierno o del lado de los que luchan
Patricia Mora ha manifestado que en el FA decidieron ser parte del gobierno de Unidad Nacional por el compromiso de Carlos Alvarado con los derechos humanos. Por ese motivo llamaron también a votar por él en la segunda ronda electoral. Pero tal y como lo advertimos en su momento, no puede haber un gobierno garante de los derechos de las mujeres y la población LGBTI cuando éste se encuentra al servicio de los ricos. No se puede desvincular un tema del otro, porque cualquier arremetida contra la clase trabajadora se convertirá en un ataque especialmente fuerte contra los sectores más oprimidos, por eso, defender al PAC en el gobierno nunca fue una opción en favor de los derechos de las mujeres.
A tan solo unos meses de haber iniciado su gestión cabe preguntarse, ¿cómo justifica Patricia mantenerse en el gobierno que ha reprimido con la fuerza y brutalidad con la que gobiernos anteriores no se atrevieron?, ¿es eso parte del compromiso con los derechos humanos, la coerción a los sindicalistas, la cizaña con la que buscan ilegalizar un derecho fundamental como el derecho a huelga?, ¿con que cara se atreve a hablarle a las mujeres de derechos mientras se gesta un combo fiscal que las va a empobrecer aún más?
Poco hace Patricia Mora refugiándose estos días de huelga en giras a comunidades mientras se cocina un terrible ataque contra la clase trabajadora que afectará especialmente a los sectores más empobrecidos, dentro de ellos nos encontramos las mujeres. No puede ocultar la arremetida de ataques que está gestando su gobierno mientras habla de emprendimientos y proyectos productivos, hacer eso es ofrecer oro por cuentas de vidrio.
El Frente Amplio está lejos de ser el proyecto de izquierda socialista que decía ser. Su política es la de gobernar con los sectores que representa a los banqueros, empresarios y representantes de zonas francas, con el discurso de intentar crear mejores condiciones.
No existe tal cosa como ser simultáneamente luchador y gobierno en una situación como esta. Carlos Alvarado se lo recordó luego de que Mora emitiera sus críticas a la política económica del gobierno. Cuando se colocara como mediadora ante los sindicatos, lo haría hablando en nombre del gobierno, con esto le recordaba de qué lado de la mesa se sentaría.
La coyuntura demanda posiciones contundentes, y no se puede estar en los dos bandos. Todos los que hoy forman parte del gobierno de empresarios son responsables por su política. Por eso la única opción que puede tener Frente Amplio, es renunciar a los puestos que ocupa en el gobierno, especialmente el de Patricia Mora como Ministra de la Condición de la Mujer, el resto es hacerle el juego sucio al gobierno.