Por: Greivis González
San José, jul (Socialismo Hoy) – El 10 de setiembre del 2018, dio inicio un gran movimiento de huelga que se extendió por 3 meses en contra del Plan Fiscal.
Luego de la lucha contra el Combo del ICE en el año 2000, en la que se paralizó buena parte del país, el movimiento social no había logrado tener una experiencia de huelga similar. La lucha contra el TLC, aunque fue muy valiosa, no logró organizar una huelga general. Con la lucha contra el Plan Fiscal, el movimiento sindical vuelve a tener una nueva experiencia de huelgas prolongadas.
Esta huelga tuvo grandes aciertos. Le marcó la cancha a las burocracias sindicales que desde un primer momento intentaron deponer la huelga en las mesas de negociación con el gobierno. Por otro lado el masivo apoyo con el que contó la huelga, dio paso a que se vieran obligados a declarar la legalidad en distintos sectores, impidiendo los intentos de rebajo salarial. Además durante este periodo se desenmascaró el papel que cumple la institucionalidad y la falsa división de Poderes del Estado, demostrando que están para favorecer al sector rico y privilegiado. Pero fundamentalmente hubo una importante experiencia del movimiento social, que hoy permite que sectores como los estudiantes de secundaria sigan el ejemplo que vieron en la lucha de los profesores el año anterior.
Pese a todos estos elementos, la huelga fue derrotada, al no lograr detener la aprobación del Combo Fiscal que era el objetivo de la lucha. Nos parece que esto se dio fundamentalmente por la pasividad en los métodos de lucha, y que frente a la represión del gobierno, las dirigencias sindicales exhortaron a sus bases a ceder en las formas de manifestarse, oponiéndose a la realización de bloqueos que dieran fuerza a la lucha.
Otro aspecto fundamental es que no se logró sumar al sector privado, el cual es determinante, pues tienen en sus manos los medios de producción del país y permitirían poner en jaque al gobierno para ganar la lucha.
¿Qué debemos hacer?
Producto de la aprobación del Plan Fiscal, la implementación del Impuesto del Valor Agregado, recortes al presupuesto nacional, exoneraciones fiscales a los grandes empresarios y todos los planes de ataque del gobierno, muchos sectores continúan manifestándose en las calles, tales como el magisterio, los policías, los traileros, los estudiantes de secundaria y para el momento en el que se escriben estas líneas, están cercanos también a sumarse los sectores de salud y del ICE y es posible que se sigan sumando otros más.
Es necesario que estas luchas no se den de forma aislada y sectorizada. Hay que exigirle a las dirigencias sindicales la convocatoria a un encuentro nacional de luchadores, para que a través de asambleas democráticas discutan los métodos y acciones a realizar. Es importante retomar la experiencia de la anterior huelga para sacar las conclusiones y corregir los errores que se cometieron. Por eso es fundamental que este encuentro de luchadores, logre convocar a los distintos sectores que se han movilizado como lo han sido las comunidades, estudiantes y trabajadores del sector público y privado. Para esto es fundamental que también se discutan los métodos de lucha y los mecanismos necesarios para lograr incorporar al sector privado, que son determinantes para el éxito de la lucha.
Romper con los planes de endeudamiento como salida para la clase trabajadora
Mientras los grandes empresarios cuentan cada vez con más exoneraciones producto del Plan Fiscal o del Régimen de Zonas Francas, la clase trabajadora enfrenta cada vez más ataques a sus condiciones de vida. El sistema educativo tiene grandes carencias en infraestructura, personal de seguridad y de limpieza; tenemos un sistema vial y de transporte que está colapsado y hace que los trabajadores tengan que gastar muchísimo tiempo en desplazarse hacia sus centros de trabajo; un sistema de salud que se ha venido desfinanciando e impide que se compren equipos que permitan agilizar exámenes y tratamientos, contratación de más personal y especialistas para dar abasto con la atención que se requiere.
El gobierno y algunos otros grupos pretenden hacer creer que son los trabajadores estatales, o los migrantes, o la población LGBTI, entre otros, los responsables de que haya un desfinanciamiento en la economía nacional y no los grandes evasores del país.
Bajo esta lógica, quieren pasarnos a nosotros la crisis a través de un mayor endeudamiento que trae consigo mayores impuestos y ataques para la clase trabajadora.
Por eso decimos, ¡que la crisis la paguen los ricos! ¡No al pago de la deuda!