Juventud

¡Ante los ataques a la educación superior, se necesita un movimiento estudiantil combativo!

Imagen con fines ilustrativos.

Por: Juventud PT

El último año hemos recibido fuertes ataques a la educación pública de parte del gobierno, y el movimiento estudiantil no se pone al frente de la lucha.

Recordemos…

En el año 2018 se recortó al FEES 10 mil millones de colones para destinarlos al pago de la deuda. Para el FEES del 2020, aunque se diga que el presupuesto recibió un aumento, ese crecimiento respondió a la inflación de alrededor de un 3% (¢512.781,51 millones) tomando así que el incremento respecto al 2019 es el rubro de inflación y no un crecimiento real que favorezca la educación superior pública.

Pero, además, Carlos Alvarado vetó un proyecto de ley que aseguraba cero recortes al presupuesto de sedes de la UCR ubicadas en zonas rurales, esto por la aplicación de la regla fiscal. Este veto pone en una situación de desamparo presupuestario a sedes como Liberia, Paraíso o Puntarenas que no tendrían como garantizar la apertura de cursos o salarios, y prácticamente tendrían que cerrar carreras.

¿Y el movimiento estudiantil?

Ante la ola de ataques, el movimiento estudiantil de las cinco universidades públicas no sale a luchar. Esto pasa porque tienen al frente a direcciones plegadas a la política del PAC y del CONARE (ej. Progre–UCR).

Son varios años que la juventud PAC, en complicidad con el FA, sepultaron la lucha dentro del movimiento estudiantil, promocionándose como corrientes light que ofrecen bicicletas o cargadores solares, y que no garantizan luchar por más y mejor infraestructura, mejoramiento de becas, por convenciones colectivas de los trabajadores de la U, o por luchar por un aumento real en el presupuesto.

Mientras tanto, la izquierda disputa un espacio muy reducido dentro de las universidades, debido a la apatía que sienten los estudiantes por defender su educación.

Aunque este sea el panorama y sea más difícil, es necesario construir un polo combativo, independiente del gobierno y las rectorías, y que dedique todas sus fuerzas a combatir los ataques y a levantar al movimiento estudiantil que históricamente ha estado al frente no solo de las luchas universitarias, sino al lado de la clase trabajadora.