Editorial

Democracia sólo para los ricos

Foto: Semanario Universidad
Fotografía: Semanario Universidad

En la segunda ronda de las elecciones pasadas fuimos el único partido en llamar a votar nulo. Esta posición del Partido de los Trabajadores no fue nada popular. Los sectores intelectuales y de clase media se escandalizaban porque Fabricio sería mucho peor que Carlos, y los compañeros de la clase obrera se escandalizaban porque nada podía ser peor que el PAC, según ellos había que votar por Fabricio.

Dijimos que para los trabajadores, cualquiera de los dos gobiernos iba a significar lo mismo, ambos tenían el plan de descargar el conjunto de la crisis fiscal sobre los hombros de la clase trabajadora. Es decir, los dos iban a gobernar para los ricos y grandes empresarios, contra los trabajadores y los pobres.

Este año y medio de gobierno han demostrado que teníamos razón: tanto el PAC como los diputados evangélicos (Restauración Nacional y Nueva República) han defendido los intereses de los ricos en esta crisis fiscal. Pero no son solo estos dos sectores, todos los partidos de la Asamblea Legislativa han apoyado los planes del gobierno. El Frente Amplio que ha votado planes en contra defiende y es parte del mismo gobierno con Patricia Mora como ministra.

Los trabajadores estamos viendo como todas las instituciones del Estado están hechas y diseñadas para defender los intereses de los ricos y los grandes empresarios, y que seamos los trabajadores los que paguemos la crisis.

Recibimos ataques del Gobierno que impulsa recortes en el presupuesto para programas sociales y promueve leyes contra los derechos de los trabajadores. La Asamblea Legislativa aprueba leyes como el Combo Fiscal aumenta los impuestos a los trabajadores mientas le perdona las deudas a las grandes empresas. La Contraloría General de la República se trae abajo los acuerdos de los trabajadores de la Caja Costarricense de Seguro Social, que mediante la huelga defendían sus derechos. La Sala Constitucional avala los proyectos de ley que benefician a los empresarios, se trae abajo la cesantía de los trabajadores del sector público, ya no tramita los recursos de amparo de los trabajadores del sector privado para defender sus derechos (como libertad sindical y retención de salarios), y los manda los juzgados donde los jueces actúan lentamente y defienden los intereses de los empresarios.

Los trabajadores vemos como la vida se hace cada vez más cara, nos aumentan los impuestos, los salarios no alcanzan, el desempleo está disparado, en nuestros trabajos nos irrespetan los derechos laborales más elementales, y en el sector privado vivimos bajo la dictadura de los empresarios. No existe democracia para los trabajadores en la empresa privada. Los intentos de organizarse sindicalmente son duramente perseguidos y reprimidos, y las instituciones como el Ministerio de Trabajo o los juzgados están de adorno y son tan lentas para actuar que, no sirven para nada.

Aparte de esto quieren aprobar un proyecto de ley que en los hechos acaba con el derecho a huelga, para que los trabajadores del sector público que han conquistado mejores condiciones laborales las pierdan. Si para los trabajadores del sector privado ya es muy difícil organizarse, con la nueva ley, luchar por defender sus derechos y conquistar mejores condiciones de trabajo va a ser casi imposible.

Desde el Partido de los Trabajadores decimos que en Costa Rica solo hay democracia para los ricos. Las instituciones están podridas y defienden los intereses de unos cuantos ricachones, mientras el pueblo trabajador se hunde en la miseria.

No hay otro camino que desconocer lo que hacen todas estas instituciones y defender nuestros derechos con la democracia de las calles. No es en el marco de las elecciones y de la institucionalidad, como dice el Frente Amplio, que vamos a enfrentar estos ataques. La única forma es organizándonos en cada barrio, en cada fábrica, en cada centro de trabajo y estudio, para luchar desde las calles contra los ataques y defender nuestros derechos, y que sean los ricos los que paguen la crisis.