En estos días, la clase trabajadora está viviendo una etapa muy complicada, los efectos de la peste del coronavirus golpean con mucha más fuerza en los centros de trabajo y en los barrios obreros más pobres. En estos momentos, ya es claro que los enfermos y muertos los está poniendo la clase trabajadora, mientras los ricos y el gobierno tienen una pugna permanente sobre el tema de “proteger y reactivar” la economía, mientras juegan con los números de cuantos enfermos habrá y su correspondiente tasa de muertos.
La profunda crisis económica que vive el país, afecta principalmente a la clase trabajadora, porque han sido cientos de miles quienes han perdido el trabajo, a los que se suman los pequeños propietarios de comercios y negocios, que la crisis los llevó a la ruina sin tener ninguna respuesta por parte del gobierno para alivianar temas elementales como préstamos bancarios y alquileres.
Los grandes empresarios en su mayoría no han visto afectado grandemente sus negocios, porque el gobierno no les ha cerrado en ningún momento su producción y comercio, al punto que más bien se ha dedicado a aprobar medidas para su protección, como el perdón al IVA del Sector Construcción y el Turismo, suspensión del pago de los préstamos a los grandes empresarios, los perdones y rebajos de los pagos de la CCSS, permisos para suspender contratos a los trabajadores, la legalización de los obreros sin documentos y perdón de las multas para los grandes empresarios agrícolas, etc.
En medio de la crisis los ricos tienen su programa.
Además de las medidas que ya han tomado desde que inició la crisis en marzo, recientemente en los últimos días de julio, el presidente Carlos Alvarado anunció las propuestas que hizo el gobierno para que sean aprobadas por los diputados en los próximos meses, esas propuestas conforman una agenda de 27 proyectos de ley que ya fue consensuada con diputados de todos los partidos.
Esa agenda legislativa, contiene el programa que tienen los ricos y el gobierno en este momento de crisis, que es un programa que por un lado busca cobrar la crisis a la clase trabajadora en el tanto que destruye los derechos de los trabajadores públicos con la Ley de empleo público y la aprobación por ley del congelamiento de salarios para los próximos años, así como la eliminación de la jornada de las 8 horas, imponiendo una ley que hace retroceder esa conquista de la clase trabajadora más de 100 años.
Por otro lado, entre esos proyectos de ley se encuentra el impulso de continuar con la prioridad de pagar la deuda aunque estemos en un momento de crisis tan grave, y más bien se propone la “Ley Pagar” que es un plan para pasar directamente los fondos de las instituciones para los intereses de la deuda, así como unos 5 proyectos de aprobación de nuevo préstamos internacionales, con lo que buscan seguir pagando la crisis que provocan los evasores y los ricos que no pagan impuestos, con deuda pagada por todos.
Por último, dentro de esos proyectos se encuentran algunos de modificación de instituciones como el INA, reformas a la ley del CCSS y el sistema de pensiones.
Como se puede ver, los ricos tienen muy claro cuan es el camino por donde quieren llevar esta crisis, por eso es muy importante que la clase trabajadora tenga también un programa para la crisis y lo salga a pelear en estos momentos.
Debemos unificar nuestro programa de lucha, y organizar la lucha por nuestra salud, vida y comida.
Desde el inicio de la crisis provocada por el COVID-19, en el Partido de los Trabajadores y la Liga Internacional de los Trabajadores hemos estado dando una lucha por dotar de un programa político a la clase trabajadora en estos momentos de gran sufrimiento, confusión e incertidumbre.
Nosotros hemos dado esa lucha porque consideramos que al igual que los empresarios corrieron a preparar un plan para cobrarnos la crisis a los trabajadores, nosotros debemos correr y elaborar un plan para que sean los ricos quienes pague la crisis.
En esta edición de Socialismo Hoy seguiremos debatiendo ese programa de la clase trabajara, lo cual es central para que podamos definir un norte concreto hacia donde dirigir nuestras preocupaciones y luchas en estos momentos.
Ya son muchos ejemplos en el mundo donde la clase trabajadora ha tenido que salir en media pandemia a defenderse de los ataques del gobierno, a exigir la protección en los centros de trabajo e incluso a reclamar comida en medio del hambre que genera la desocupación y el aislamiento.
Pero para lograr una unidad en estos momentos, es urgente que las y los trabajadores que tienen organizaciones sindicales, principalmente en el sector público den una batalla por que se abran espacios de discusión de ese programa de lucha para estos momentos, ya que desgraciadamente los espacios de debate y decisión democrática se cancelaron “hasta nuevo aviso” en medio de la lluvia de ataques que hace le gobierno contra la clase trabajadora.
En el Partido de los Trabajadores, seguimos denunciando el rol traidor y desmovilizador de las burocracias sindicales, quienes no solo ya renunciaron a organizar la resistencia contra el programa de los ricos, si no que juegan un papel conciliador y de colaboración con el gobierno en medio de la crisis, las direcciones sindicales que han permitido la eliminación del derecho a huelga y las múltiples derrotas del pasado, ya no tienen derecho a representar a sus agremiados y a continuar administrando derrotas y perdidas de derechos cono lo han hecho en los últimos 20 años.
Hoy más que nunca urge la unidad de todas la clase trabajadora, trabajadores públicos, privados, desempleados, trabajadores informales, e incluso quienes tienen pequeños negocios, para exigir una salida a la crisis donde sean los grandes capitales quienes sufran las perdidas, una salida donde no se exponga la vida de los más pobres para continuar con la “normalidad” de los grandes negocios, una salida donde se ponga primero la vida de las personas y donde la “nueva normalidad” sea una donde las riquezas acumuladas por las familias más ricas del país, sus negocios y edificios se pongan en función de las necesidades del pueblo.