Esta última semana las autoridades de las universidades estatales han declarado que empezarán a retomar la presencialidad a partir de febrero. Al mismo tiempo que el gobierno ha venido anunciado sobre la posibilidad de regresar de forma parcial a las aulas en el curso lectivo 2021 en lo que llaman una categoría bimodal, es decir, una parte virtual y otra parte con asistencia física. Esto bajo la Estrategia Regresar, la cual ya había sido elaborada para que fuera implementada después de las vacaciones de medio período de este año, pero luego se canceló ante el aumento significativo de casos de COVID-19.
Aunque dicha estrategia intenta incorporar todos los protocolos y procedimientos sanitarios para la prevención del contagio del virus, aún hay una serie de factores que no se toman en cuenta:
- Mantener el uso de mascarillas y estrictos protocolos de distanciamiento en un contexto donde lo natural es la interacción con los demás compañeros, principalmente de aquellos más pequeños que son muy espontáneos y parte de su proceso de aprendizaje es a través del juego.
- No hay claridad si se van atender grupos completos o solo la mitad. Que con esto se evidencian las problemáticas que se padecían antes de la pandemia y que solo se intensifican aún más frente a la crisis, como el hacinamiento en las aulas y que evidentemente es imposible respetar los 1,8 m de distancia entre 40 estudiantes en los espacios reducidos de las aulas. Ahora bien, tampoco se conoce como se van a manejar los horarios, tanto de los estudiantes como el de los docentes. Pues este año hubo una sobrecarga de tareas para los estudiantes con decenas de Guías de Trabajo Autónomo a realizar por semana. Al mismo tiempo un gigantesco volumen de trabajo para los docentes, atendiendo estudiantes y padres de familia por todos los medios virtuales a los que tuvieran acceso, junto con la elaboración de clases, informes, reportes, reuniones y demás, sin un horario definido, lo que significaba recibir mensajes, llamadas y correos a cualquier hora del día, noche o madrugada. Y con la bimodalidad se aumentaría aún más la carga laboral al tener que preparar materiales y clases para la modalidad presencial y virtual.
- Por otro lado, no todos los centros educativos tendrían la posibilidad de regresar a la presencialidad, pues va a depender de las condiciones en las que se encuentren sus instalaciones, lo que significa mayor ventaja para algunas poblaciones estudiantiles sobre otras, mismas que suelen ser las más empobrecidas y marginadas.
- Ahora, en esa Estrategia se pide a los estudiantes llevar el equipamiento necesario para la implementación de los protocolos de salud, aumentando el presupuesto para la compra de los útiles escolares, sabiendo que una gran cantidad de familias ya de por sí tenían serias dificultades para comprar lo básico.
¿Cómo ha sido la experiencia en otras partes del mundo?
Según mencionó la viceministra académica del Ministerio de Educación, Melania Brenes, se está tomando en cuenta la experiencia de otros países, como Estados Unidos y Europa, que recién iniciaron su curso lectivo en septiembre. Sin embargo, el resultado no ha sido nada positivo. Por ejemplo, Nueva York era la única ciudad estadounidense que planteaba un retorno presencial a la escuela y anunciaba con bombos y platillos que sería el mayor distrito escolar en el país en retomar las clases presenciales. Pero ante la tensión de la segunda ola del Coronavirus y las inquietudes manifestadas por los sindicatos de maestros, se aplazaron dos veces las fechas de un regreso físico.
Por otro lado, en la Universidad de Alabama, 1200 estudiantes dieron positivo en la prueba del coronavirus en tan sólo una semana de clases semi-presenciales. La Universidad de Kansas y la Universidad Temple, en Filadelfia, suspendió por dos semanas las clases presenciales después de que 106 alumnos contrajeran la enfermedad (INFOBAE).
Por otro lado, Europa decidió lanzarse a la reapertura presencial de las escuelas desde fines de agosto, permitiendo a esta altura cuantificar el riesgo y las consecuencias del regreso presencial a clases, por lo que a finales de septiembre, o sea, alrededor de un mes del inicio de clases el reporte fue:
- La Asociación de Profesores Alemanes estima que alrededor de 700 escuelas del país se vieron afectadas por cierres parciales o completos.
- En Francia, a solo cuatro días de la reapertura escolar, 22 centros fueron cerrados con 5612 contagios totales entre alumnos y 1 153 entre profesores.
- El Departamento de Educación de Inglaterra informa que el número de escuelas en ese país afectadas por brotes de coronavirus ha ido en aumento, siendo las escuelas secundarias las más comprometidas.
- Y según informó el diario Il Sole 24 Ore de Italia, dos semanas después de la reapertura de las escuelas, 75 centros educacionales fueron cerrados por brotes de Covid-19 y 417 establecimientos estaban con alguna clase de cuarentena.
Por lo tanto, con base en los datos generales esbozados anteriormente, la intención del regreso físico a las aulas debería ser un NO rotundo. Considerando que eso implica un movimiento muy grande de personas transportándose de un punto a otro por diferentes vías, causando aglomeraciones. Y aunque los niños, adolescentes y adultos jóvenes no son parte de la población vulnerable, no significa que sean totalmente inmunes y que también porten y transmitan la enfermedad, así también, muchos de los padres de familia y encargados, personal docente y administrativo de los centros educativos u otros que dan servicios relacionados, si pueden pertenecer a dicha población.
Pero es evidente que esto obedece a la insistencia y presión generada por los sectores empresariales que en definitiva dictan el rumbo político y económico del país. Pues el regreso a clases en una modalidad “normal” representa la activación de muchas otras actividades económicas que se mueven alrededor y los grandes beneficiados no son los pequeños y medianos negocios, sino las grandes cadenas de librerías y tiendas que acaparan el mayor porcentaje del comercio. Además, estas propuestas del gobierno van dirigidas a que se implante la idea de que tenemos que vivir con esto y hay que empezar a retomar la nueva normalidad y eso significa normalizar los contagios y las muertes de trabajadores diariamente, para que todas las actividades productivas no se detengan y se sigan generando las ansiadas ganancias que acumula ese pequeño grupo de ricos.
Por eso desde el Partido de los Trabajadores no nos cansamos de denunciar la actitud deshumanizada que han mostrado claramente las cámaras y asociaciones del empresariado, quienes junto con el gobierno han desangrado y exprimido aún más al pueblo con acciones y propuestas que no tocan un cinco de las ganancias de ellos, pero que si sobrecargan el peso en los trabajadores, manteniendo el pago puntual de una deuda enorme que no sabemos quiénes son sus acreedores, mientras que el desempleo, el desfinanciemiento de la CCSS y el déficit fiscal aumentan aceleradamente.
De la misma forma, hacemos un llamado a los sindicatos del sector público, en este caso particular a los del magisterio, a que retomen la lucha con una agenda clara y definida que marque el camino de la organización en defensa y protección de su sector. Pero sabemos que la afectación no es sólo para el sector de educación, sino que trasciende a todos los demás, por lo tanto, la unión de todos los sindicatos y trabajadores como uno solo es necesaria y no en mesas de dialogo que resultan engañosas y desmovilizadoras, sino en las calles y con métodos de lucha efectivos, propios de la clase trabajadora organizada.