Editorial

Editorial: El método parlamentario del Frente Amplio no sirve para lograr una jornada de 40 horas

En el PT hemos  ubicado la necesidad de luchar por una jornada de 40 horas sin reducción del salario, así lo hemos dicho en nuestras tres  campañas electorales y en los distintos trabajos que desarrollamos en el sector obrero. Hemos inclusive planteado la necesidad de que la jornada no debe superar las 36 horas en trabajos insalubres; tambien hemos dicho que para lograr una conquista como esta se debe enfrentar la dictadura patronal que impide la organización sindical y el libre ejercicio de la huelga.

Sorpresivamente el Frente Amplio presentó el pasado 28 de agosto un proyecto legislativo que plantea la reducción paulatina de las jornadas a 40 horas en un plazo de 8 años a partir de la eventual aprobación del proyecto. Formalmente pareciera que ambos partidos estamos por el mismo objetivo, no obstante el FA una vez más es presa de su método parlamentario con el cual es imposible conquistar una reducciión de las jornadas de trabajo, condenando de entrada a que ese planteamiento no pase de ser un puro ilusionismo y una pose electoral.

Para el  FA este proyecto solo puede aprobarse bajo “un marco amplio de acuerdo social” con las organizaciones patronales. Son esos mismos patronos los que tienen como política el proyecto de jornadas de 12 horas diarias durante cuatro días seguidos el cual está a muy poco de ser aprobado en segundo debate, a ellos pretender persuadir de renunciar a una parte de sus ganancias y de pactar mejores condiciones de trabajo.

Omite el FA que la clase obrera hoy es presa de una dictadura antisindical, la cual se vio reforzada por la ley antihuelgas aprobada  en el gobierno de Carlos Alvarado, del cual ellos formaron parte. No extraña que su programa electoral no menciona ni una sola vez la palabra huelga, ya que para ellos no hay más allá de las cuatro paredes del parlamento.

Proponen este proyecto en el momento de la más dura contraofensiva contra la jornada de trabajo, la aprobación en primer debate del proyecto 4×3 es una dura embestida frente a  la cual ese método parlamentario no sirve para nada. El cálculo electoral, el lobby parlamentario, la renuncia a la lucha y a la organización obrera son la esencia del FA, lo cual abona a esta derrota y hace imposible que una jornada d 40 horas pueda avanzar.

No hay que vender falsas ilusiones: ¡Sin luchas no hay victorias! Sin organización y resistencia organizada la patronal no va a conceder ni un milimetro de avances. Si el FA quiere discutir con seriedad la jornada de 40 horas debería mirar más allá de sus comodos asientos en la Asamblea, lo cual no quieren hacer, ya que su unica preocupación genuina es ver en horizonte la próxima elección y la eventual cosecha de unas cuantas curules.

En nuestro caso señalamos la jornada de 40 horas nos obliga  a pelear con los métodos de la clase obrera, a construir sindicatos en la empresa privada y fortalecer una alternativa revolucionaria que enfrente los grandes intereses patronales.