El gobierno constantemente se jacta de cómo en el último año varios indicadores de la economía como la inflación y el desempleo han venido “mejorando”. Esto contrasta con la sensación de la clase trabajadora, que percibe que cada vez conseguir trabajo está más difícil y que la plata alcanza para menos. El problema de estos números que presenta el gobierno es que no podemos verlos de manera superficial, es necesario analizarlo para ver cuál es el verdadero impacto en la clase trabajadora.
Empleo
El gobierno dice estar reduciendo el desempleo, y es verdad que el porcentaje del desempleo ha estado bajando, hasta ubicarse para diciembre del año pasado en 7.3%. Esto significa que de cada 100 personas que quieren trabajar, únicamente 7.3 de ellas no tienen trabajo.
Sin embargo, detrás de este bajo nivel de desempleo se esconde la realidad de que cada vez más personas tiran la toalla porque no logran encontrar trabajo y desisten de seguir buscando. Esto es lo que se llaman las personas desalentadas.
Solo el año pasado más de 243mil personas desistieron de buscar trabajo porque no lo encontraban y pasaron a engrosar la lista de desalentadas.
Para poner esto en contexto comparemos los datos con enero del 2020, antes de la pandemia. Desde el primer trimestre del 2020 hasta el último trimestre del 2023 la fuerza de trabajo (las personas que están buscando trabajo o trabajando) ha bajado 11%, y en el caso de las mujeres la fuerza de trabajo ha bajado 18%. Lo normal sería que la fuerza de trabajo vaya aumentando, porque crece la población, crece la economía y hay más trabajo.
Aún en las “bajas” cifras de desempleo en las que cerró el año pasado de 7.3%, se esconde la terrible situación que está pasando la juventud y sobre todo las mujeres jóvenes. La tasa de desempleo entre las personas jóvenes es de 21.5%, y el de las mujeres jóvenes de 26.7%, más de tres veces el desempleo promedio del país.
Recientemente vimos como la empresa bananera Dole anunció el despido de 111 personas trabajadoras, supuestamente porque por el tipo de cambio están ganando menos. Los capitalistas siempre son así, en las épocas buenas las ganancias van para sus bolsillos, y cuando la cosa se pone difícil, paga la clase trabajadora.
Inflación
Con la inflación ocurre algo similar, el gobierno se pavonea diciendo que el año pasado la inflación fue negativa, esto significaría que los precios están más bajos y debería alcanzar el dinero para más, sin embargo, sabemos quincena a quincena que esto no es así, cada vez alcanza para menos.
Esto se debe en primer lugar a que venimos de períodos de una inflación muy alta, es decir los precios subieron demasiado, y la supuesta reducción que hubo ahora es insignificante, por lo que continuamos con salarios que no alcanzan.
Desde julio del 2021 a enero del 2024 el índice de precios al consumidor (estadística usada para medir la inflación) ha subido un 9%, pero el promedio de los salarios no ha subido lo suficiente para compensar este aumento en los precios. De hecho, el salario promedio ha subido solo un 8% por lo que en promedio las personas podría decirse que están como si su salario hubiera bajado 5,000 colones.
Sin embargo, no todas las personas perciben la situación de la misma manera, el sector manufacturero de la industria se ha visto muy perjudicado desde julio del 2021 hasta ahora, y su salario promedio más bien se ha reducido un 7%. Esto implica que una trabajadora o un trabajador del sector manufactura en promedio, producto de la inflación y la caída de los salarios, está ganando 77,000 colones menos de lo que ganaba en julio del 2021.
Es por esto los “buenos números” que presenta el gobierno, son buenos solo para los ricos, no para la clase trabajadora.
Crecimiento en el PIB
Cotidianamente vemos como se habla del Producto Interno Bruto (PIB), esto no es otra cosa más que una medición del valor del conjunto de la riqueza producida en el país. Según los datos del Banco Central, la riqueza producida en el país entre el 2021 y el 2023 aumentó alrededor del 18% pasando de 62 mil millones de dólares a alrededor de 74 mil millones de dólares.
Sin embargo, este crecimiento no ha significado una mejora en las condiciones de vida de la clase trabajadora, todo lo contrario, ha venido acompañado de desempleo y pérdida del poder adquisitivo de la clase trabajadora. Esto ocurre porque en el sistema capitalista la riqueza es producida por el conjunto de la clase trabajadora, pero es la propiedad privada de los medios de producción, la propiedad privada de las fábricas y las grandes plantaciones lo que hace que toda la riqueza que producimos se la dejen unos cuantos grandes empresarios.
Si queremos que nuestra vida mejore, que la riqueza se destine a cubrir las necesidades del pueblo, a generar empleo y mejores salarios, es necesario que la clase trabajadora junto con el pueblo tomen el poder, expropien las grande fábricas y plantaciones.