El 50% de la matrícula universitaria se concentra en las universidades públicas, y el IX Informe Estado de la Educación señala que la matrícula en las universidades privadas alcanzó casi 125 mil estudiantes en 2022, a pesar de que no se ha logrado que el CONESUP regule sus altísimas tarifas. Sin embargo, falta información sobre el estado de la educación privada ya que no reportan cifras. Por otro lado, es evidente también que la Universidad de Costa Rica ha entrado en la lógica corporativa donde las ganancias y el recorte de gastos están por encima de todo, recurriendo a mecanismos como la tercerización de servicios de limpieza o a directrices que ponen en jaque a la Acción Social. Además,la UCR y el Tecnológico de CR entraron en la lista de las 10 organizaciones con mejor reputación empresarial en 2023, según indicadores como credibilidad y confianza que les auguran un rol importante en la transformación de la economía. Asimismo, actualmente existe una lógica que busca centrar gran parte de la inversión en educación solamente en carreras STEM ya que se quiere suplir la alta demanda generada en Zonas Francas de este tipo de profesionales, mientras que las carreras de Ciencias Sociales y otras que supuestamente tienen altas tasas de desempleo son desfinanciadas, incluso por entidades como CONAPE. Finalmente, es evidente que la Ministra de Educación, Müller tiene vínculos personales y políticos con la ULACIT (sobrina del fundador y prima de la presidenta de la junta directiva), y están claras sus intenciones de socavar la educación pública con sus constantes cuestionamientos al presupuesto del 8% del PIB y su fracasada ruta de la educación.
La educación superior en el capitalismo siempre será un negocio
