Según la encuesta más reciente de la UCR, en setiembre el gobierno de Rodrigo Chaves contaba con el apoyo del 53% de la población, uno de los niveles más altos al iniciar su tercer año de mandato. Esta realidad refleja que una parte importante de las personas trabajadoras ve con buenos ojos su gestión. Sin embargo, la situación de la clase trabajadora sigue siendo la misma que bajo los gobiernos anteriores, o incluso peor, debido a los recortes en el gasto social y el aumento de la violencia en todas sus formas.
Cada persona trabajadora debería evaluar críticamente si este gobierno merece o no su apoyo. Basta con preguntarse: ¿ha mejorado mi salario? ¿Las personas con trabajos precarios ahora tienen empleos formales? ¿Han mejorado las pensiones? ¿Ha disminuido el desempleo? ¿Han llegado los programas de vivienda a quienes los necesitan? ¿Viven las mujeres en un ambiente menos violento y desigual? Posiblemente, la respuesta a todas esas preguntas sea un NO rotundo.
Para nuestra clase, el único cambio visible es el enfrentamiento del presidente Chaves con facciones políticas y algunos medios de comunicación. Pero detrás de ese choque discursivo, hay un gobierno igual que los anteriores, que busca recortar el gasto social para beneficiar a los banqueros dueños de la deuda, mientras garantiza que el empresariado saque el máximo provecho de nuestro trabajo, manteniendo los salarios de hambre y promoviendo leyes como las de jornadas de 12 horas.
En las próximas elecciones, la solución no es la continuación del «Chavismo» ni de ninguna otra fuerza financiada por la clase empresarial. Nuestra apuesta no debe ser por darle un “nuevo gerente al país”, la clase trabajadora debe apostar por un proyecto para cambiar todo el orden de la sociedad, uno que lleve al poder a la clase trabajadora con un programa socialista para gobernar para las mayorías.