Pese a la simpatía que mantiene el gobierno de Chaves, queremos ser categóricos que este no es un gobierno popular o enfrentado a las “élites”, todo lo contrario es un gobierno que refleja la reacción burguesa y que está construyendo una burguesía propia alrededor de su mandato.
Todos los miércoles el presidente habla en contra de La Nación, de la corte o de los diputados, usando de manera demagógica el sano odio popular contra las instituciones capitalistas. Pero Chaves no quiere destruir los privilegios de la presidencia, los diputados, la burguesía o el imperialismo solamente quiere que esos privilegios estén concentrados en el grupo que él representa.
Chaves está sentado en la contradicción fundamental del sistema político, que es la crisis de los partidos políticos burgueses, Costa Rica paso de ser 98% bipartidista a que solo 17% de la población tenga alguna afiliación partidaria. Así que la burguesía lleva 12 años con dificultades para estabilizar su dominio.
La crisis de los partidos políticos es la fuerza de Chaves, pero también su debilidad, actualmente no está claro cual sigla usara el chavismo como movimiento y en las elecciones municipales de 2024 tuvieron problemas para inscribirse.
Pero lo que sí está anunciado es la renuncia de al menos 5 ministros y directivos, entre ellos los ministros Batalla y Fernández que se perfilan como candidatos del oficialismo.
La apuesta del Chavismo es hacer un movimiento “a lo Bukele”, es decir “rodear” las reglas de la propia democracia burguesa para de esa forma concentrar el poder político en su grupo.
Pese a las prohibiciones de la re elección presidencial se espera que Chávez renuncie en algún momento a la presidencia y que realice una campaña por obtener 40 diputados, esto le permitiría cambiar el poder judicial, el TSE, las instituciones de control, etc. También le facilitaría las reformas constitucionales o una eventual Asamblea Constituyente. Este es por lo visto el plan expreso del chavismo.
Frente al chavismo el PLN y el FA buscan impulsar un “frente democrático” para defender a las instituciones. Las elecciones 2026 podrían quedar polarizadas en estos dos bloques.
Desde el PT creemos que no hay ninguna razón para que la clase trabajadora defienda las instituciones del bipartidismo, son instituciones corruptas, que ayudaron a amasar una riqueza obscena a la burguesía. No obstante, el chavismo no es ninguna alternativa a esas instituciones, pese a que la prensa burguesa diga que el chavismo quiere “destruir” las instituciones, la verdad es que quiere controlarlas en su propio beneficio -que es diferente- este control significa sin duda una regresión autoritaria del régimen, como la que se vive en toda Centroamérica.
En la próxima campaña electoral encontrara al PT mostrando que estos dos bloques burgueses son las dos caras de la misma moneda, que no son una alternativa para mejorar el salario, la vida, la vivienda y la salud del pueblo trabajador.