Hoy día, el sindicato lo dirige la tendencia Honestidad, que lleva más de 15 años en el poder y ha sido responsable de su proceso de burocratización.
En las bases hay descontento y desánimo: Honestidad ha gestado las principales derrotas que han golpeado a la clase trabajadora de la educación. Un ejemplo fue la derrota de la huelga de 2018, depuesta a espaldas de las bases, pactando con el gobierno y dando vía a la ley antihuelgas. Los congresos y asambleas se han convertido en espacios protocolarios, donde se silencia la opinión de dirigentes críticos.
La dirigencia nacional tiene salarios mayores que los de un trabajador de la educación. Además, ha convertido en su estrategia para “resolver” los problemas del gremio ser parte de la Junta Paritaria con el MEP, la cual no ha logrado resolver los problemas medulares.
A Luchar nace como una ruptura por la izquierda de Honestidad, con un programa —como plantea Trotsky— independiente del Estado capitalista y con amplia democracia sindical.
Presentamos en estas elecciones una papeleta que incluye a trabajadores de la educación de distintos sectores, que han demostrado su valía en las calles. Lucharemos por la derogación de los privilegios económicos de la dirigencia; por organizar la lucha por el no pago de la deuda usurera, causante de los recortes brutales en educación; por poner al sindicato al servicio de unir a toda la clase trabajadora del sector público y privado, porque solo así obtendremos músculo para resistir los ataques del gobierno; por combatir el machismo y toda forma de opresión; y por dejar de lado las mesas de diálogo y que sea en asambleas de base, con amplia democracia y en las calles, el método para organizar las luchas.