Socialismo Hoy - Periódico Oficial del Partido de la Clase Trabajadora
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¿Quién crea la riqueza y quién se la apropia?

Lo que debemos discutir en estas elecciones

En Costa Rica se producen 50 billones de colones anuales en las 2000 grandes empresas del país, esta riqueza es producida no por arte de magia, no ni por el “talento” empresarial, sino por el trabajo de la clase obrera.

Esta riqueza no se reparte de forma equitativa, en esto consiste justamente la explotación del trabajo: cerca de 15 billones de colones terminan cada año en las cuentas privadas de un reducido grupo de accionistas. Es decir, el 29% del valor generado se concentra en manos de la burguesía, mientras la clase trabajadora enfrenta bajos salarios, aumento en los ritmos de trabajo, desempleo, problemas de salud ocupacional y carencias en derechos sociales como educación, vivienda, red de cuido, transportes y pensiones.

Este debate es justamente el que el Partido de la Clase Trabajadora (PCT) propone colocar en el centro de la campaña electoral: ¿quién crea la riqueza, ¿quién se la apropia y cuáles son las consecuencias sociales de esa apropiación? Este problema y no otro, es el que debería ser el centro del debate político.

¿Para qué alcanzan 15 billones de colones?

Para la clase obrera que gana entre 400 000 o menos, 15 billones de colones puede no significar nada en específico. La cifra es tan abrumadora que vale la pena ponerla en perspectiva. Con los 15 billones de colones que hoy se reparten los dueños de las grandes empresas, se podrían resolver en un solo año los principales problemas sociales del país:

  • Salud: duplicar el presupuesto anual de la CCSS, que hoy es de 6.5 billones.
  • Vivienda: cubrir el déficit habitacional de 150 mil viviendas, otorgando bonos completos (con terreno incluido) por 2.8 billones de colones.
  • Educación: duplicar el presupuesto del MEP (2.6 billones) y de las universidades públicas (0.5 billones del FEES).
  • Transporte: financiar completamente el proyecto del tren eléctrico, valorado en 0.4 billones.
  • Empleo: eliminar el desempleo aumentando un 16% la planilla de las grandes empresas (1.6 billones adicionales en salarios), contratando a las 165 mil personas desempleadas.

Estos montos suman 14.4 billones de colones, lo que demuestra que los recursos para solucionar los problemas sociales existen, pero están en manos privadas. Estos datos responden a la eterna pregunta que nos hacen al PT ¿De donde van a sacar el dinero para su programa? Nuestra respuesta es contundente: de la riqueza que ya produjo la clase obrera y que se dejan un puñado de accionistas ultramillonarios.

¿Por qué no se usa esa riqueza para resolver los problemas sociales?

La explicación es simple: el sistema capitalista está diseñado para que la riqueza generada por la clase obrera termine en los bolsillos de la burguesía. Solo en 2023, las exenciones fiscales para las grandes empresas representaron el 2.7% del PIB y, en el caso de las zonas francas, el Estado dejó de percibir 661 mil millones de colones en impuestos. Mientras tanto, se mantiene una deuda pública que asciende a 29 billones, gran parte de ella en manos de financistas privados que se enriquecen con jugosos intereses.

El problema no es técnico ni de “mala administración”: es un problema estructural de apropiación privada de la riqueza. Los empresarios justifican las ganancias como necesarias para “mantener la producción”, pero lo cierto es que los costos de inversión en maquinaria e investigación son solo una fracción, mientras los accionistas se reparten miles de millones que podrían destinarse a mejorar la vida de las mayorías.

La campaña electoral como oportunidad política

En cada proceso electoral, aunque sea por unas semanas, la clase trabajadora se pregunta quién debe gobernar el país y bajo qué reglas. Para el PT, es una oportunidad de explicar que los problemas sociales tienen solución, pero solo si se cambia la forma en que se distribuye la riqueza.

Esto implica romper con las reglas actuales, que protegen la propiedad privada de los grandes capitalistas, y organizar un sistema económico al servicio de la mayoría. Los temas más sentidos por la clase trabajadora –como salud ocupacional, licencias de cuido, transporte público y pensiones– pueden servir como punto de partida para cuestionar la acumulación obscena de ganancias por parte de las patronales.

¿Por qué no basta con reformar las leyes actuales?

Algunos sectores reformistas insisten en que se puede “convencer” a los empresarios de ceder parte de sus ganancias o lograrlo mediante reformas mínimas. La experiencia demuestra lo contrario: los grandes capitalistas usan su poder económico y político para bloquear cualquier medida que afecte sus privilegios.

Por eso, desde el PT se plantea claramente:

  • No se trata de pedir caridad empresarial, sino de cuestionar la legitimidad misma de que un pequeño sector se apropie de lo que produce toda la clase trabajadora.
  • No se trata de administrar mejor el capitalismo, sino de reemplazarlo por un sistema en el que la producción y distribución de la riqueza esté al servicio de las mayorías.

La única salida: un gobierno de la clase trabajadora

La campaña electoral del PT quiere dejar claro que la clase obrera produce toda la riqueza, pero no decide cómo se usa. Para que esta situación cambie, nuestra clase debe tomar el poder político y romper las leyes que protegen los intereses de la burguesía, organizando así un nuevo sistema económico-social, que tenga entre otras las siguientes característas:

  • Jueces y autoridades electas y revocables, con el salario de una persona obrera calificada.
  • Planificación democrática de la producción y la distribución, orientada a satisfacer las necesidades sociales, no las ganancias privadas.
  • Control obrero sobre las grandes empresas, para evitar el despilfarro y garantizar que la riqueza se use en beneficio de la mayoría social.

Solo un gobierno de la clase trabajadora puede reorganizar la economía para poner los 15 billones de colones que hoy se acumulan en manos privadas al servicio de salud, educación, vivienda y empleo para las mayorías.

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