Socialismo Hoy - Periódico Oficial del Partido de la Clase Trabajadora
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Bukelismo – El Bonapartismo que el Imperio en crisis necesita

¨Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa¨ 

Así comienza uno de los textos políticos más importantes escritos por Carlos Marx en el cual haciendo uso de la crítica materialista trata de explicar las razones fundamentales del porque un personaje mediocre como Luis Bonaparte sobrino de Napoleón Bonaparte se hace con el poder en 1851.  En su introducción Marx plantea como la tragedia a Napoleón y como farsa a su sobrino Luis Bonaparte. En El Salvador esa farsa se reviste con el nombre de Bukele

El Bonapartismo es una herramienta que Marx utilizo para poder describir regímenes políticos de dominación burguesa que al entrar en crisis hacen uso de un líder autoritario, un ¨¨salvador¨ para que gobierne de manera seudo democrática pero que utiliza el aparato militar y político para mantener el orden social y proteger los intereses económicos de la clase dominante.

En el 18 Brumario Marx describe como el sobrino mediocre de Napoleón Bonaparte, Luis Bonaparte se hizo con el poder prometiendo ser el representante y salvado de todo el pueblo. En el 2025 vemos como no solo en El Salvado, sino en otros hemisferios están surgiendo lideres que se elevan entre las clases y prometen exactamente lo mismo.  Trump vuelve con el mismo discurso del 2017 pero aún mucho más extremo y eficaz, prometiendo limpiar el gobierno de incompetentes y además de limpiar las calles de la suciedad invasora ¨ Los Migrantes¨ Todo esto para proteger la seguridad de los ciudadanos americanos. Por su lado Milei dice acabara con la chusma Roja y la casta todo en favor de la economía para proteger a los pobres de Argentina. así mismo Bukele se eleva entre las clases salvadoreñas prometiendo limpiar las calles de la amenaza pandilleril y llevar a El Salvador a una era de desarrollo económico próspero y seguro, sin importar las consecuencias.

El Bukelismo-Bonapartismo en El Salvador aparece en el momento en donde ninguna de las fuerzas políticas y económicas representantes de la burguesía logran gobernar de manera eficiente y además en donde la clase obrera está en un total estado de letargo o adormecimiento político. Es este el caldo de cultivo donde surge el hombre fuerte (aparentemente) de Bukele y al estilo de la generación Alfa de Luis Bonaparte se presenta en el balcón del palacio Nacional como el salvador.

El Bukelismo se ha presentado como esa forma de hacer política que esta por encima de todas las otras formas de hacer política y que está ahí para solucionar todas las necesidades del pueblo. Para ello se ha hecho uso de un lenguaje popular y atractivo en donde aparentemente su gobierno está al servicio de todos sin importar su condición de clase, pero que en verdad esta de una manera bien revestida utilizando el aparato estatal para poder favorecer a la clase dominante.  Es bueno mencionar en este caso que el Bukelismo surge del sector más débil y menos representativo de la burguesía salvadoreña, por lo tanto, quizá podríamos decir aquí que el Bukelismo es una forma de Bonapartismo sui generis puesto que a logrado desbancar a la burguesía dominante y además la mantiene a raya utilizando el aparato estatal en su contra al mismo tiempo que lo utiliza en contra de la clase trabajadora.

El Bukelismo como representación del Bonapartismo en el Salvador no es un accidente histórico. Es el resultado causal del momento donde el sistema entra en crisis y en donde las formas formales de dominación ya no funcionan.  Esta, no es una crisis nacional, es una crisis internacional. Es por eso que tal y como lo mencionamos anteriormente en otras periferias están surgiendo otras formas de representación del Bonapartismo como el Trumpismo, Mileilismo, Novoimo, y otro ismo’ s. Todos son la representación de lo que Marx ya describió hace aproximadamente 174 años como Bonapartismo.  Fracciones de la clase dominante que utilizan instrumentos culturales, políticos y sociales al servicio de la burguesía, o de un sector de esta, para reorientar la dominación de clase.

En El Salvador en nombre de la seguridad se están atropellando los derechos fundamentales de libertad de expresión, libertad sindical y de libre asociación. En El Salvador en nombre de la familia, Dios y Patria se está bloqueando el derecho a la información, el derecho a la libre investigación y a la no censura. En El Salvador en nombre de la prosperidad se están implementando desalojos forzados de cientos de familias en la zona oriental del país, con la única finalidad de desarrollar proyectos turísticos de los cuales los únicos beneficiarios directos serán la gran corporación hotelera. 

Ahora, porque insistir en esta cuestión del Bonapartismo. Pues para nosotros los revolucionarios es importante en el sentido de que la lectura de la situación concreta nos puede arrojar algunas luces de si estamos en una etapa de pre-revolucionaria o pre-facista.  Desde el PT pretendemos ser lo más objetivos posible y para ello nos remitimos a la historia. Ya Trotsky en uno de sus últimos artículos titulado ¨ Bonapartismo, fascismo y guerra¨ señalaba la diferencia entre Bonapartismo y Fascismo. Decía que uno contiene elementos del otro al referirse de que ¨hay elementos de Bonapartistas en el Fascismo¨

Como PT no creemos que estemos en una situación pre-revolucionaria, más bien creemos que nos acercamos al umbral de lo que podría configurarse como una situación pre-fascista. Muchas variables pueden cambiar en el entorno geopolítico, pero de cualquier manera creemos que hoy por hoy es lo más cercano que tenemos dadas las circunstancias actuales. 

Ante este entorno desde el PT planteamos la pregunta, ¿Qué hacer?

La respuesta simple es ORGANIZACIÓN PARA LA ACCION. Pero tenemos que hacerlo en la base del entendido correcto de la historia material. En este sentido debemos de saber de que el Bukelismo es parte de un problema estructural, es decir no es algo personal sino sistémico, otros Bonapartistas pueden venir despues del Bukelismo y debemos de estar consciente de ello y preparados para enfrentarlos. Debemos también de saber quién es el enemigo de la clase trabajadora, pues todavía existen remanentes de partidos de corte pequeño burgués disque de izquierda que le hacen el juego a la derecha convencional y están ahí pare ser un fuerte de contención entre las masas organizadas y la elite dominante. Ah esos debemos de quitarles las máscaras y ponerlos en evidencia ante la clase trabajadora. Debemos de construir organizaciones con conciencia de clase y que sepan diferenciar entre los intereses de la clase dominante y los de la propia clase trabajadora. Y para finalizar, todas las luchas deben de estar enfocadas hacia un programa político que tenga como base no ideas reformistas, sino acciones revolucionarias de transformaciones reales.

El motor de la historia son las Masas-

Izleño Pipil.

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