El diputado por Puntarenas del Frente Amplio, Carlos Hernández, fue detenido por la Fuerza Pública el día de ayer ante denuncias de agresión de su compañera sentimental.
Según trascendió en la prensa la mujer denuncio que estaba ‘’ebrio y agresivo’’ y que la había golpeado.
El Juzgado de Violencia Doméstica de Puntarenas dictó una serie de medidas cautelares que le fueron impuestas al diputado, entre las que se encuentran la salida definitiva del domicilio, prohibición de acceso al mismo, restricción de acercamiento a 500 metros del domicilio y orden de auxilio y protección policial para la víctima en caso de amenazas fuera del domicilio.
Según el fiscal adjunto de Puntarenas, Fernando Cubero, el diputado será llamado a declarar y podría ser procesado por el delito de violencia doméstica.
Desde el Partido de los Trabajadores repudiamos la agresión machista de este diputado contra su pareja sentimental. La misma no es una novedad pues se sabe que el diputado ya había sido acusado por su ex esposa que también solicitó medidas cautelares en su contra en 2008.
Exigimos a la cúpula del partido y a la bancada frenteamplista que una vez se constate el procesamiento formal del diputado, gestionen ellos mismos el levantamiento de su inmunidad legislativa en el plenario.
De no ser procesado de oficio por el Juzgado, es un deber del Frente Amplio apoyar a la víctima en su decisión de presentar acusación y garantizar el acompañamiento legal y psicológico necesario para que pueda seguir adelante con el proceso. Esa, será una verdadera prueba de fuego para la coherencia de dicha agrupación en el combate a la violencia contra la mujer.
Con esta ya suman tres los casos de violencia machista a lo interno de la bancada Frenteamplista.
El primero fue el de Jorge Arguedas, quién enfrentó una denuncia de su ex esposa por violencia doméstica en 2003. Este hecho se destapó antes de los comicios de 2014 y a pesar de que la Asamblea Nacional de dicho partido lo destituyó de su candidatura, el diputado logró, mediante un amparo electoral, su ratificación por parte del TSE.
El diputado también se negó a renunciar a su curul, tal y como se lo había pedido el partido, y a pesar de esto terminaría siendo readmitido por el FA en su bancada.
El segundo fue el de Ronald Vargas, diputado por Guanacaste, quien a inicios de 2015 fue denunciado por una funcionaria legislativa por acoso sexual. En este caso el partido trató de encubrir en un primer momento las razones de su renuncia y luego, ante el escándalo público, tuvo que reconocer las verdaderas razones de su salida.
En esa ocasión el diputado renunció a su curul, lo que le evitó al partido la contradicción de mantener a otro diputado en su bancada, acusado de violencia machista o acoso sexual.
Está claro que en estos dos primeros casos el Frente Amplio fue inconsecuente, trató de preservar su imagen electoral hasta último momento y solo actuó a regañadientes de sus bases y de la misma opinión pública en última instancia.
El caso de Carlos Hernández vuelve a poner a prueba la política del Frente Amplio para combatir este tipo de expresiones de violencia machista a lo interno.
Siendo este el tercer caso dentro de su bancada, no se justifica que sigan permitiendo la permanencia de este tipo de diputados en el plenario legislativo. La dirección nacional del FA ha salido tímidamente a posicionarse sobre el tema, alegando no haber hablado aún con las partes y recientemente anunciando que el caso será tomado por el tribunal de ética.
Lo consecuente en estos casos, sería que impulsen una reforma a las leyes electorales del país que le autorice a las Asambleas Nacionales de los partidos políticos destituir y reemplazar a los diputados que incurran en actos corruptos o de agresión física o sexual contra mujeres.
Esta, nos parece, es la única manera de combatir la permanencia de este tipo de representantes en la Asamblea. Por eso le exigimos al Frente Amplio que priorice dicho proyecto en su labor legislativa y asuma la responsabilidad completa de ser uno de los partidos con más agresores machistas en Cuesta de Moras.
Como PT seguimos levantando las banderas de lucha contra la violencia machista. Por eso en el marco del 8 de marzo hemos llamado a todas las organizaciones sindicales y políticas, incluido el Frente Amplio, a luchar para que el gobierno le cobre más impuestos a las empresas y financie medidas que combatan efectivamente la violencia contra la mujer trabajadora.
Pero la lucha contra el machismo no se queda ahí, porque para acabar con la opresión hacia la mujer es necesario combatir al sistema capitalista que promueve la desigualdad y la opresión de la mujer para maximizar sus ganancias y dividir a la clase trabajadora.
Creemos en la necesidad de construir una organización que combata al capitalismo, que luche contra el machismo de manera intransigente a lo interno y en todas las organizaciones de los trabajadores. Sólo así podemos librar una verdadera batalla contra los femicidios y la ola de violencia contra la mujer.