Desde la madrugada del lunes 23 de setiembre, un grupo cercano a las 150 familias decidieron dar un paso al frente en la lucha por tierra para vivir y trabajar, esta vez ocupando una finca ociosa que pertenece a un empresario extranjero.
El nuevo asentamiento campesino “Monte Verde” está en la finca ubicada en Cristo Rey de Los Chiles, que tendría una extensión de 280 hectáreas y estaría abandonada desde hace varios años. Según las familias que ocupan la finca esas tierras pronto estarían en manos de piñeras, por lo que con la ocupación buscarán que esas tierras sean dedicas a cultivos de subsistencia para sus familias así como granos básicos y otros productos que aporten a la soberanía alimentaria del país.
Los ocupantes de la finca son los típicos campesinos sin tierra, en su mayoría trabajadores agrícolas de las plantaciones de piña y cítricos aledañas a la finca ocupada.
Este tipo de luchas son muy importantes porque enfrentan directamente la gran propiedad privada de los ricos, que en muchos casos son extranjeros que no tienen ningún interés en sus tierras, y solo reaccionan cuando está en peligro producto de la ocupación por los campesinos.
Al ser este tipo de luchas tan abiertas y radicales, la respuesta del gobierno es completamente distinta y la violencia y rapidez con la que reacciona es sorprendente. Movilizó a cientos de policías para ejecutar dos desalojos en menos de dos semanas, éstos acompañados con personeros del PANI y la Policía de Migración. Todos esos recursos son destinados automáticamente con solo presentarse con una carta para que le “ayuden” a desalojar su finca.
Esas iniciativas de lucha enfrentan al modelo de beneficio a los grandes propietarios del agronegocio. Por eso es urgente que todo el movimiento popular llene de solidaridad esa lucha campesina, para que sea exitosa como lo fue la lucha de Medio Queso, que después de mucha resistencia logró que el gobierno expropiara la finca que ocupaban en ese mismo cantón de Los Chiles.