El pasado martes 22 de octubre el excandidato presidencial Fabricio Alvarado anunció su separación de Restauración Nacional y la fundación de una nueva agrupación Nueva República. Alvarado ganó la primera ronda electoral del pasado mes de febrero para posteriormente perder contra Carlos Alvarado en segunda ronda.
La campaña electoral le permitió a Restauración Nacional pasar de 1 a 14 diputados. Sin embargo, con esta ruptura 7 diputados encabezados por el subjefe de fracción Jonathan Prendas y la ex candidata a la vice presidencia Ivonne Acuña. Después de la división Restauración Nacional dirigido por su fundador Carlos Avendaño tiene 7 diputados y Nueva República dirigido por Alvarado 7 diputados.
En marzo, Semanario Universidad denunció que altas figuras del partido habían facturado varios millones por servicios profesionales por participar en su propia campaña incluyendo entre los beneficiados al propio candidato Fabricio Alvarado, sus familiares. En mayo Avendaño anunció que el partido no pagaría los 25 millones que cobraba Fabricio por una consultoría en comunicación política, no obstante Avendaño pagó con fondos públicos 18 millones a su hijo por una consultoría que no se ha explicado qué hizo para el partido, estando incapacitado de su puesto en el ICE. La crisis se agudizó con el cobro del productor de eventos Luis Alonso Naranjo (primo de Fabricio) y Juan Carlos Campos por un total de 600 millones de colones que Avendaño se negó a pagar.
Las rupturas por cuotas de poder y dinero son la tónica histórica en los grupos evangélicos. El primer partido de este modelo fue Alianza Nacional Cristiana en 1990, este partido nunca ganó la diputación de Marvin Calvo su dirigente, pero una ruptura entre Calvo y Justo Orozco permitió el surgimiento de Renovación Costarricense que si alcanzó diputados. Sin embargo, Carlos Avendaño retó el liderazgo de Orozco y se separó de la agrupación formando Restauración Nacional. La historia se vuelve a repetir.