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Cementazo desnuda corrupción de la «democracia» costarricense

San José, ene (Socialismo Hoy) – La corrupción del Cementazo ha golpeado a un buen sector de la clase política costarricense en plena campaña electoral. No por nada el gobierno del PAC ha experimentado un desgaste importante y partidos como el ML, PLN o PUSC aparecen aún muy abajo en la intención de voto como consecuencia directa de este chorizo.

Como Partido de los Trabajadores creemos que la corrupción es un mal inherente a la mal llamada democracia costarricense y al sistema capitalista. En el marco del Cementazo queremos plantear el debate sobre cuál debe ser la salida política desde los trabajadores ante las mafias empresariales que manejan a su antojo el Estado.

 “Cementazo” del Estado costarricense al servicio de los empresarios

Cuando se destapó la estafa del cemento chino, cada vez más y más políticos de distintos partidos empresariales resultaron salpicados. Se instaló una comisión legislativa formada incluso por diputados amigos de Bolaños, la cual llamó a comparecer al mismo presidente Luis Guillermo Solís.

En pleno inicio de la campaña electoral este escándalo hizo caer a varios ministros y diputados del gobierno PAC, afectando su imagen ante la opinión pública como nunca durante estos cuatro años.

Para disimular un poco este desgaste se facilitaron los arrestos de Bolaños, Mario Barrenechea y siete amigotes más. Cayó el fiscal general Jorge Chavarría y el magistrado Celso Gamboa, amigo de la clase política y empresarial del país. Ante estos hechos, el gobierno llamó a confiar ciegamente en el accionar de las instituciones judiciales y afirmó no tener nada que ocultar.

Lo cierto es que en la opinión pública quedó grabada la idea de que este gobierno es totalmente cómplice con el empresariado, como el caso de Bolaños que entraba y salía como Pedro por su casa por la oficina presidencial.

También se desnudó las ayudas de los anteriores gobiernos de Chinchilla y Óscar Arias a los negocios de Bolaños como máximo proveedor de la Comisión Nacional de Emergencias.

¿Cuál es la principal lección que los trabajadores debemos sacar de este escándalo? Que el Estado costarricense y sus distintas instituciones (Asamblea, tribunales, presidencia) no gobierna para las mayorías, como se nos hace creer desde pequeños.

Hoy los medios aplauden la labor de la fiscal Emilia Navas por meter a la cárcel a los pillos del cemento y allanar a Otto Guevara. Nos quieren hacer creer que aún se puede confiar en el sistema judicial, pero la realidad es que la justicia solo vale para los empresarios.

La verdadera función de la mal llamada democracia costarricense es defender y proteger los bienes y las grandes fortunas de los patronos, mientras que impone miles de trabas a los campesinos para acceder crédito barato o a insumos para trabajar la tierra.

La corrupción es una práctica común en la política costarricense y se ha visto en los tres poderes del Estado (presidencia, diputados y jueces), así como en las juntas directivas de los bancos estatales. Los empresarios financian campañas de los partidos, compran jueces, magistrados y políticos, para que ellos favorezcan sus negocios.

 

La otra lección es que bajo ninguna circunstancia podemos confiar en este sistema corrupto y los políticos que lo mantienen.

El Frente Amplio, por ejemplo, ha defendido al PAC y al gobierno, a pesar de los múltiples cuestionamientos que ha recibido por diversos casos de corrupción, incluido el Cementazo. Ahora se suma al coro de apoyo a la fiscal Navas, o sea, deposita una vez más la confianza en este sistema judicial podrido.

Una salida obrera y popular para enfrentar la corrupción

Desde el Partido de los Trabajadores llamamos a no depositar ninguna confianza en las instituciones del Estado encargadas de la justicia ni en las investigaciones en la Asamblea Legislativa. Los arrestos de Bolaños y sus amigos corruptos no van a ir más allá, o sea, sus fortunas seguirán intactas.

Nuestro programa levanta la necesidad de expropiar los bienes y las empresas de Juan Carlos Bolaños, de todos los capitalistas involucrados en este y otros casos, así como ilegalizar a los partidos ligados a este tipo de corruptelas.

Proponemos levantar el secreto bancario junto, con el control de los trabajadores mediante los sindicatos, de los libros contables de las empresas.

Una salida obrera y popular para derrotar el oligopolio en cuestión pasa además por la nacionalización sin indemnización de industrias clave como la del cemento; al igual que la apertura del secreto bancario, la nacionalización debe realizarse bajo control obrero, por lo que ahora más que nunca se hace necesaria la construcción de sindicatos en el sector privado que denuncien y sancionen el accionar corrupto de las mafias empresariales.