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Chile: ¡Fuera Piñera asesino!

Manifestación en Chile, desencadenada por el aumento del tiquete del metro. Foto: Susana Hidalgo

San José, nov (Socialismo Hoy) – Llevamos días de movilización, con métodos combativos y de autodefensa exigiendo un cambio real y la renuncia de Piñera. En ese camino hemos logrado triunfos parciales, pero debemos ir por más.

Piñera hizo un llamado a volver a la “normalidad”, pero supimos que no podemos volver a la “normalidad” cuando las propuestas del gobierno son solo migajas. Peor aún, cuando hemos visto una veintena de asesinados, más de 50 querellas por torturas, denuncias por violaciones sexuales cometidas por FFEE, una veintena de desaparecidos y más de 3500 detenidos en el marco de las protestas.

Por todo esto, Piñera tiene que caer por vía de la protesta y nuestra fuerza. Si confiamos esa tarea a instituciones como el Parlamento o  unas elecciones burguesas mediante un referéndum, volveremos al callejón sin salida de siempre.

¡La Asamblea Constituyente es una trampa!

En las asambleas y en las calles debemos levantar la consigana: ¡Abajo la Constitución de la dictadura!; junto con la de Fuera Piñera. Debemos echar abajo el legado del dictador Pinochet. Todo lo que está ordenado y escrito en la Constitución del 80 lo debemos echar abajo por completo.

Al calor de las marchas ha surgido la demanda por una Asamblea Constituyente, es que estamos hartos de la actual Constitución, y desde ese clamor, varios partidos políticos tradicionales se han colgado, para tratar de maquillar algunas cosas mientras lo fundamental siga a favor de los grandes empresarios

Pese a las distintas variantes de las propuestas de Asamblea Constituyente, lo que tienen en común es que ninguna deja claro bajo las condiciones reales actuales: ¿cómo garantizamos que la AC votada sea cumplida si los empresarios siguen en el poder? La realidad demuestra que la única garantía de echar abajo la constitución del 80, y de garantizar que se cumplan demandas como el fin de las pensiones privadas o renacionalización de los recursos naturales, es si los trabajadores y sectores populares se toman el poder mediante una revolución socialista.

Hablar de una AC, antes de que los obreros y pobladores se tomen el poder, mientras sigamos estando bajo un gobierno e instituciones empresariales o pactando con ellos como propone el Frente Amplio  y el Partido Comunista, no es más que ilusión, una trampa. Se podrá pactar una Constitución, pero de ahí a que se respete si los empresarios siguen al mando, es algo muy distinto.

La única manera de garantizar una Asamblea Constituyente o medidas que sean de lleno al beneficio de las y los trabajadores, es si nos tomamos el poder y conquistamos un Gobierno Obrero y Popular. 

Por el derecho a la autodefensa del pueblo trabajador, el llamado al “pacifismo” del FA y PC es criminal

La prensa empresarial discute mucho sobre los métodos violentos de las protestas, pero no les conviene decir que la verdadera violencia viene de los milicos que estuvieron en las calles, o la continua represión del Estado, con acciones propias de tiempos de dictadura.  Los actos explosivos se deben a que la gente mucho tiempo estuvo aguantando la bronca y los abusos, y ya se hartó de cientos de marchas pacíficas sin resultados y que nos pone a la deriva de un gobierno asesino.

Una revolución socialista para cambiar de raíz las cosas

Lo que se ha puesto en cuestión tras esta rebelión chilena, no es solo uno que otro cambio o ley, porque son varias y diversas nuestras exigencias. Lo que acá estamos cuestionando cientos de miles, no es una que otra ley o problema: es el sistema capitalista imperialista de conjunto lo que está cuestionado.

La única forma de garantizar que se echen abajo todas las medidas de la Constitución del 80, es si los obreros y sectores populares se toman el poder mediante una revolución socialista. No hay vía pacífica para esta tarea. Necesitamos sacar a los empresarios del poder, y eso significa destruir toda su institucionalidad corrupta y reemplazarla por una al servicio de los trabajadores y sectores populares.

Para que los trabajadores, pobladores y juventud tengamos un proyecto claro de sociedad y cómo conquistarlo, necesitamos organizarnos,  y disputar contra todos los otros partidos que nos dicen que dentro de este sistema capitalista podemos mejorar las cosas, que dentro de estas instituciones empresariales podremos lograr cambios profundos. Los empresarios se organizan en sus partidos, los trabajadores necesitamos nuestra propia organización. Desde el MIT estamos construyendo esa alternativa siendo parte de la Liga Internacional de Trabajadores Cuarta Internacional LIT-CI.