En el 2026 en Costa Rica tendremos nuevas elecciones presidenciales, y como es normal desde ya la gran mayoría de partidos políticos han arrancado motores para iniciar su propaganda política. Las elecciones trascienden el ámbito político. Y llegan hasta el entorno empresarial, examinaremos como se viven estos procesos en las empresas privadas costarricenses, desde la influencia en la toma de decisiones hasta el impacto que esto ocasiona en la clase obrera.
Influencia en la toma de decisiones
Las empresas privadas normalmente, deciden apoyar e inyectar apoyo económico a ciertos partidos políticos, con la intención de que a futuro si este partido político llega al poder les beneficie el sector económico al que su empresa pertenece, esto lo vimos claramente con la llamada Ruta del arroz con el presente gobierno y contra parte tenemos al sector exportador, el cual descontento por la baja del dólar llego a movilizar a sus trabajadores a una manifestación en San José, exposición que consistió en una competencia por ver cual empresario lucia el mejor sombrero.
A esta manifestación acudieron gran cantidad de trabajadores que reciben menos que un salario mínimo, no poseen condiciones de salud y seguridad en sus centros de trabajo, pero, las empresas le dijeron que si no asistían podrían perder sus empleos, contrario sensu a los trabajadores que acudieran a la manifestación les brindarían, trasporte, alimentación, el salario correspondiente al día de trabajo, chonete y una camisa que les serviría para distinguirse como “agricultor”.
¿Por qué la clase obrera debe organizarse?
La clase obrera, quien a su vez es la que produce la riqueza de este país no debe prestarse para este tipo de espectáculos, es por ello por lo que es importante que como clase nos unifiquemos, y nos organicemos a través de un partido político que verdaderamente nos represente. Desde los sindicatos en las plantaciones, en la construcción, en todas las empresas debemos hacer un esfuerzo por formar a los trabajadores política e ideológicamente para que no se presten al juego de los empresarios, para que no terminen apoyando a partidos políticos que sus capataces le indican que deben apoyar porque son la mejor opción. Es nuestra responsabilidad como dirigentes sindicales realizar este trabajo de formación para que los empresarios no sigan utilizando a los trabajadores.
¡Por una clase obrera organizada!