Desde hace unos meses se ha llevado adelante una campaña de solidaridad con Olga Brenes, esta campaña ha involucrado a varias asociaciones de estudiantes y organizaciones sindicales que demandan la inmediata reinstalación de la dirigente sindical de SITRASEP.
El despido de Brenes es una nueva demostración de tres aspectos: 1) la dictadura en el sector privado que no permite ninguna libertad sindical; 2) el uso de la tercerización de servicios para facilitar los ataques antisindicales y 3) como la cultura antisindical y la cultura machista se mezclan para dañar especialmente a las mujeres trabajadoras.
Como parte de las acciones del movimiento hubo una reunión entre el vicerrector de Administración Roberto Guillén, la empresa Selime y SITRASEP, acompañado del movimiento de solidaridad con Olga Brenes. La reunión fue una demostración de como las empresas privadas en este país hacen lo que les da la gana. La empresa lleva adelante un despido antisindical, pero además acepta que es un despido por razones de salud, es decir que despide a alguien porque está enferma. Esta violación básica a varios DDHH, no solo la comete la empresa privada, sino también la Universidad de Costa Rica, quien no ha asumido de ninguna forma su responsabilidad en garantizar que las empresas a las que terceriza servicios respeten los DDHH.
Un jalón más de la cultura antisindical es el rechazo de un juez de la república a aprobar una medida cautelar pues señaló que no se demuestra un daño hecho, porque no se demuestra que una trabajadora viva de su salario. Ese es el nivel de dictadura que se vive en las empresas privadas del país.
El movimiento de solidaridad continúa rechazando todos estos ataques que vienen de la empresa privada, de la judicatura y de la Universidad.