El país vive el peor momento de la pandemia de Coronavirus, el mes el mes de julio que recién acabo fue el peor desde que se registró el primer caso en el país el pasado 6 de marzo, llevamos una tendencia creciente ininterrumpida de casos desde hace 45 días y todo apunta a que la situación podría empeorar mucho más. Al 1 de julio el país tenía 3753 casos confirmados, 16 fallecimientos, 56 personas se encontraban hospitalizadas y seis de ellas en una Unidades de Cuidados Intensivos; al 1 de agosto todos esos datos han crecido de forma exponencial hasta los 18.187 casos confirmados, 154 fallecimientos en total, 346 personas hospitalizadas, de las cuales 94 están internadas en Unidades de Cuidados Intensivos.
A pesar de todos estos datos alarmantes la presión del gran empresariado agrupado en la UCCAEP es para que no se imponga ningún tipo de restricción, bajo la lógica de que mueran o se infecten cuantos sean pero que su grandes negocios no se detengan. Aunque el gobierno intenta mostrar una pose de priorizar la vida, lo cierto es que la agenda de aperturas y flexibilización a punta en el sentido de los intereses de los grandes ricos a quienes no les importa la muerte y mucho menos el hambre el pueblo pobre.
Frente a la escalada de contagios el gobierno aplico algunas medidas de cierre más restrictivas entre el 11 y 19 d julio, para volver nuevamente a “abrir” sectores a partir del 20 de julio pasado. El Ministro de Salud indicó que «cada vez que haya más movilización representa una curva ascendente en los contagios y el consecuente colapso del sistema de salud» (La República, 10/7/2020); los datos de la última semana de julio confirman que tras medidas de cierre se redujo la tasa diaria de contagios, pero debido a la propia presión de los grandes empresarios a partir del 20 de julio se levantaron esas restricciones para la mayoría de sectores e incluso se anunció la apertura de fronteras aéreas.
Desde el inició de la pandemia hemos insistido en la necesidad de una cuarentena pagada para todos como la medida más efectiva para frenar los contagios y enfrentar con éxito la pandemia, los datos posteriores a los momentos “más restrictivos” que fueron durante la semana santa y del 11 al 19 de julio confirman que a mayor confinamiento se reducen la gravedad de la pandemia; pero ahora contrario a la evidencia y a las necesidades de la salud la presión de los grandes empresarios y la orientación del gobierno es ha favorecer la apertura que en palabras del Ministro Salas nos llevaría a aumentar de nuevo los contagios y colapsar hospitales.
Hoy la orientación debería ser completamente opuesto a lo que pide la UCCAEP y lleva adelante e gobierno. El Estado y los grandes empresarios deberían de garantizar los salarios para los trabajadores, así como subsidios para los desempleados, trabajadores informales, pequeños y medianos empresarios de la ciudad y el campo, permitiendo que de verdad la gente se quede en la casa y no vaya a trabajar. Mientras la actividad no esencial continúe y a la gente no se le garanticen sus necesidades más básicas los contagios seguirán creciendo, con el consecuente colapso del sistema de salud que alertaba el Ministro.
Para nosotros es muy importante defender a la clase trabajadora para que no muera del virus, la pandemia es una realidad y su impacto en términos de perdida de vidas se ensaña con los sectores populares. Tampoco podemos olvida que junto a la guerra contra el virus también la clase trabajadora y los sectores populares debemos enfrentar otra guerra económica de los ricos y el gobierno contra el pueblo en medio de la pandemia.
Contra la “apertura ya” que impulsa la UCCAEP
Los datos más recientes reflejan el creciente desempleo, mientras los trabajadores con contratos suspendidos o rebaja de jornadas se cuentan por miles durante ya más de tres meses. En las familias trabajadoras y el pueblo pobre hay hambre y desesperación, mientras los pequeños y medianos propietarios sucumben en la ruina
Ante la precariedad y la desesperación hemos visto recientemente manifestaciones de pequeños y medianos negocios, gimnasios, restauranteros, comerciantes, etc. Estos sectores vienen siendo duramente golpeados desde hace mucho tiempo y ahora la pandemia se ubica como un tiro de gracia sobre ellos; por eso decimos que muchos de estos sectores se asemejan más a los sectores populares que a los intereses del gran empresariado agrupado en la UCCAEP.
Por eso entendemos que haya mucho presión por abajo para se “bajen” las restricciones y se permita trabajar a todos los sectores. No obstante, la consigna de “apertura ya” que viene posicionando la UCCAEP y un sector de la gran prensa no solo compromete las vidas y agrava la pandemia, sino que tampoco va a solucionar la severa crisis de estos sectores medios que hoy son asfixiados por las deudas con la banca y la ruina económica; todas las proyecciones internacionales se han quedado cortas sobre la caída que ya va a tener la economía nacional, por eso aunque se abran los negocios el daño sobre estos sectores medios ya está hecho y se requieren de medidas muy profundas para poder revertir la situación.
Lamenta detrás de la consigna de “abran ya” no hay una solución real a las necesidades del pueblo pobre, en realidad quienes la alientan y buscan beneficiarse de ella son los grandes intereses de la UCCAEP, los súper ricos a los que el gobierno ha protegido y sigue protegiendo primordialmente. A quienes en realidad les interesa más esa apertura total al precio que sea son al grupo de empresas vinculadas a Horizonte Positivo, a las zonas francas y a las 18 familias que dominan el país. Esos grupos son los que no quieren pagar más renta de sus ganancias, a los que se les rebajaron las cotizaciones de la CCSS, a los que se les permitió rebajar el salario o suspender contratos a miles de trabajadores , o los que se les exonera del IVA en media pandemia.
Los cientos de pequeños y medianos empresarios ya venían siendo arruinados de antes y ahora están siendo ahogados por los cobros de los bancos que no se han detenido y sus distintas deudas y obligaciones. Esa situación no va a cambiar si abren sus negocios. La UCCAEP sabe de la necesidad de los distintos sectores medios y de las clases trabajadoras, por eso intentan apoyarse en esas movilizaciones que piden una mayor apertura y las usan como base social para seguir mimando cualquier posibilidad de endurecimiento de medidas sanitarias.
El programa de la UCCAEP bajo la consigna “abran ya” es reaccionario, no resuelve las necesidades del pueblo pobre y los sectores medios, la consigna real de los grandes empresarios es “que se muera el que se tenga que morir” y que no se toquen sus ganancias. No existe tal cosa como “una fábrica segura” en estos días no con el hacinamiento en los buses y en los barrios, la apertura atenta contra la vida porque acelera los contagios y no resuelve las necesidades de los pequeños y medianos empresarios duramente golpeados.
Medidas de urgencia ante la crisis sanitaria y económica que atravesamos
Frente a la salida criminal de la UCCAEP necesitamos creemos que es necesario seguir reivindicando la necesidad de una cuarentena pagada por los grandes empresarios y subsidios del Estado para los pequeños y medianos propietarios, así como para los desempleados y trabajadores informales. Solo con confinamiento mayor y cuarentena se puede detener la escalada que estamos viviendo.
La clase trabajadora y los sectores medios deben enfilar sus baterías contra las rentas y las fortunas del 1% más rico de esta sociedad, exigiendo medidas que graven con más renta o confisquen esas grandes fortunas como una medida social solidaria en medio de la crisis. Mientras muchos pequeños negocios siguen cerrados las grandes cadenas como Wal-Mart aumentan sus ganancias, mientras miles de trabajadores no tienen ingresos para comer las cuentas de los multimillonarios están intactas.
El gobierno miente cuando hace llamados a “la unidad nacional” y a que “todos nos sacrifiquemos”, lo cierto es que los mega ricos no han aportado nada en esta crisis: los bancos, las trasnacionales de zonas francas, los tenedores privados de bonos de la deuda, los terratenientes, los hospitales privados, el 1% más ricos de esta sociedad no han aportado nada solidariamente.
En medio de esta crisis se debería adoptar con urgencia la suspensión inmediata de los pagos de la usurera deuda externa y de los bonos privados de la deuda interna, así como la nacionalización de todo el sistema bancario. El dinero que va a parar a manos de usureros privados deber estar al servicio de salvar las vidas y no las ganancias de los más ricos. En momentos de gran urgencia de recursos otras actividades estratégicas como la salud privada deben también ser nacionalizadas, para poner los hospitales privados en función de salvar la vida y no de las ganancias de unas cuantas grandes empresas.
Un sistema bancario nacionalizado por ejemplo, sería mucho más importante para garantizar la condonación de las deudas de la clase trabajadora, así como la de los pequeños y medianos propietarios. Hoy la banca privada no solo despide gente como acaba de hacer el BAC sino que también muestra su carácter despiadado, no les importa que la gente no tenga que comer o que pierda sus negocios de años.
La clase trabajadora requiere unificarse de forma conjunta, tanto trabajadores públicos y como privados, así como los sectores medios arruinados, para hacer frente a la política de hambre y de muerte de la UCCAEP.
La burocracia sindical estatal en deuda
Las primeras en dar ese paso hacia la unidad deben ser las organizaciones sindicales estatales, las cuales en toda esta coyuntura no se han puesto al servicio de revindicar las necesidades de todos los trabajadores.
El pasado jueves 23 de julio se realizó una caravana vehicular convocada por un número importante de sindicatos públicos, ocurrió otra este lunes 27 de julio donde además participaron otros sectores.
Estas movilizaciones, si bien insuficientes demuestran que hay mucha insatisfacción, pero también que existe el peligro de que las expresiones de calle se organicen en torno a las demandas de la UCCAEP y no de las necesidades reales de las familias trabajadoras. De ahí la urgente tarea democrática y organizativa de debatir a fondo un programa de emergencia para el conjunto de los trabajadores y sectores populares, que ponga como primer término la necesidad de salvar las vidas y de enfrentar la política de miseria del gobierno y los grandes empresarios.
Los sindicatos estatales vienen sufriendo duras derrotas y retrocediendo a pasos agigantados, la única posibilidad de salir adelante en medio de toda esta arremetida es buscando los puentes de unidad entre todos los trabajadores, la organización de comités conjuntos en todos los barrios como salida organizativa y el planteamiento de un programa de clase trabajadora opuesto a los intereses de la UCCAEP y el gobierno.
El Frente Amplio: a veces oposición y otras veces gobierno
En medio de esta coyuntura el Frente Amplio intenta aparecer como una oposición parlamentaria mientras es parte del actual gabinete del gobierno Alvarado. Por un lado su acción parlamentaria combina acuerdos para votar proyectos como la rebaja o suspensión de contratos con algunos discursos altisonantes del diputado Villalta contra la rebaja de salarios a empleados públicos; como decimos arriba no se puede defender un sector de empleados estatales sin reivindicar las necesidades de todo el pueblo trabajador, de ahí que allá sido criminal el voto de Villalta a favor del plan de la UCCAEP para rebajar salarios en la empresa privada.
Los trabajadores venimos de ver como se aprueba la reforma fiscal de Alvarado en 2018 o el proyecto anti huelgas recientemente, frente a estas dos duras reformas la acción parlamentaria del FA se ha demostrado incapaz y demuestra que la clase trabajadora requiere de sus propios métodos más allá del parlamento.
En la actual coyuntura donde arrecian los ataques lamentablemente el Frente Amplio sigue en el gabinete con su ex diputada y ex presidenta Patricia Mora a la cabeza del INAMU. Militantes del FA justifican esa participación por estar supuestamente defendiendo a las mujeres trabajadoras; pero lo cierto es que su participación ahí no ha servido para detener las duras contra reformas como la jornada de 12 horas que afecta mayoritariamente a las mujeres o para enfrentar el desempleo que golpea con más fuerza a las mujeres, tampoco para atender la creciente violencia que viven las mujeres en medio de la pandemia y la crisis económica. Si su participación ahí no sirve a las mujeres trabajadoras ¿a quién beneficia?
El FA sigue en el gabinete sin mayores críticas que amenacen la estabilidad del gobierno, las acciones de Patricia no han sido una amenaza para Alvarado y la UCCAEP, en el momento que así fuera ella quedaría fuera del gabinete por decisión del propio Carlos Alvarado. Decenas de Ministros han renunciado o han sido destituidos en los más de dos años de gobierno por diferencias dentro del gabinete mientras Patricia sigue ahí, algunos como el ex ministro de Hacienda Rodrigo Cháves han hecho un gran escándalo de su salida, pero en el Frente Amplio se mantienen ahí en el peor momento del gobierno. Incluso si ahora anunciaran su salida con una frontal denuncia del gobierno ayudarían mucho más a la movilización popular, pero al no hacerlo solo fortalecen al gobierno.
Construir una alternativa socialista frente al hambre y la miseria capitalista
Desde el PT nos hemos abocado a construir una alternativa socialista, durante todos estos años hemos denunciado que este sistema solo genera hambre y miseria. Ahora en medio de la pandemia el capitalismo muestra que es incapaz de garantizar la vida, el techo y la comida para la inmensa mayoría de la sociedad y que en realidad es un sistema que solo sirve para garantizar gigantescas ganancias a unos pocos que hoy se defienden a capa y espada mientras la mayoría muere de hambre o del virus.
Desde el PT en esta coyuntura planteamos la necesidad de un programa de emergencia como el que se describe líneas arriba, pero también creemos que en medio de la guerra de los ricos contra el pueblo pobre se hace más necesario que nunca presentar la necesidad de un gobierno de los trabajadores, de la lucha por el socialismo contra la propiedad privada de los grandes ricos y por organizar la sociedad en función de las vidas y las necesidades de la inmensa mayoría de los trabajadores.
De ahí la importancia de construir nuestra organización y la invitación que hacemos a fortalecer esta alternativa de lucha y revolucionaria en medio de esta dura coyuntura.
¡Exijamos cuarentena con salarios pagados por los grandes empresarios, así como subsidios para medianos y pequeños empresarios!
¡Por el no pago de la deuda externa para que haya plata para enfrentar la emergencia!
¡Nacionalización del sistema bancario y de la salud privada para garantizar los recursos que el país requiere frente a la emergencia!