En días pasados, la joven Déborah Chaves denunció un episodio de violencia policial misógina y de clase contra su persona. Ante este hecho, colectivas feministas y partidos políticos convocamos y participamos de una marcha contra la brutalidad policial el 9 de septiembre.
La protesta transcurrió sin mayores incidentes. Pero en el momento en que la marcha estaba finalizando frente a la Asamblea Legislativa, la policía empezó una represión sin razón ni proporción que concluyó con 4 personas arrestadas y varias más golpeadas.
Es fundamental comprender que estos episodios de violencia policial no son hechos aislados. En el pasado ya se denunció la muerte de Jurgen Pérez en la delegación policial de Orotina, la denuncia por violación dentro de una patrulla en Guanacaste, por brutalidad policial en los barrios populares y protestas sociales, así como los violentos desalojos contra la Alianza Campesina. La brutalidad policial contra la clase trabajadora y los sectores que luchan, con especial saña contra sectores oprimidos como las mujeres, es política de gobierno y Estado.
Alertamos al movimiento popular y sindical, de que esta violencia policial con tintes de misoginia y crecimiento del aparato represor, debe ser encarada con máxima seriedad y una respuesta contundente, porque es la misma que será luego utilizada para reprimir protestas sociales, huelgas y otras necesarias movilizaciones de la clase trabajadora. Llamamos a todo el movimiento popular y sindical a organizar un comité de solidaridad con las 5 personas detenidas.
¡Ninguna agresión sin respuesta!
¡Preparemos la autodefensa popular!
¡Juicio y castigo para los responsables de este ataque! ¡Justicia para Déborah!
¡Desestimación de todos los cargos presentados contra las cinco personas detenidas del 9-S!