Por: Helena Pataky
La situación en Honduras ha trascendido de una lucha por la salud y la educación a una lucha por tirar al dictador Juan Orlando Hernández.
El pueblo hondureño viene desarrollando una de las mayores luchas desde el golpe de Estado hace 10 años (golpe orquestado al entonces presidente Manuel Zelaya). A dos meses de haberse levantado contra la privatización de la educación y la salud conformando la plataforma de defensa, los hondureños desarrollan lucha callejera en cada colonia, municipio y departamento, así como centros educativos de universidad y secundaria. Prácticamente el país entero ha salido a combatir los ataques neoliberales del gobierno, pero además sumando la consigna del ¡Fuera JOH!
Como decíamos en la edición anterior, en el mes de abril se logró detener algunos de los decretos que impulsaba JOH por la privatización de la educación y la salud, sin embargo, la lucha no podía parar, básicamente porque el gobierno no ha accedido a cancelar los planes que de conjunto tiene con el FMI de despidos masivos a cambio de préstamos que ya fueron efectuados. Planes que no dejan de ser similares para toda la región centroamericana.
Ante el avance de los planes del imperialismo, el pueblo hondureño ha trascendido en sus consignas, sobrepasando por la base a la dirección de la plataforma, que sostiene una lucha meramente gremial, y que no se plantea la caída del gobierno. Hoy en las calles de todo el país se pide la caída de JOH que además a nivel internacional es investigado por narcotráfico, y al que la misma burguesía hondureña le ha dado la espalda.
Y es que para la exigencia de la caída de JOH se han sumado otros sectores en el último mes, entre ellos el sector de transportistas quienes han realizado paros a nivel nacional, causando desabastecimiento de combustible en muchas zonas, además el movimiento estudiantil ha sido protagonista de tomas de carreteras y barricadas junto al pueblo, y un sector importante de las FFAA (Los Cobras) desarrollaron una huelga alegando que no reprimirían más al pueblo por orden de un gobierno dictatorial que los mantiene en pésimas condiciones. Es gracias a la suma de todos estos elementos que la lucha contra JOH tomó bastante fuerza en las últimas semanas.
Ante esto, el gobierno ha respondido con mucha represión y persecución. El pasado 25 de junio, la policía militar entró disparando a bala viva a la UNAH hiriendo al menos a 8 universitarios, además, se han intensificado los asesinatos durante manifestaciones o las desapariciones a figuras del movimiento social, de derechos humanos o a militantes de partidos de izquierda.
Ante todo el panorama de lucha, en Honduras se vive una fuerte crisis de dirección revolucionaria. La insurrección espontánea del pueblo, aunque plantea una salida inmediata del dictador, carece de una conducción revolucionaria que guíe el proceso. El papel del partido LIBRE es de una traición enorme al pueblo. Hoy Mel Zelaya y los diputados de LIBRE les interesa más defender sus puestos en el Congreso Nacional, teniendo una actitud contrarrevolucionaria al proceso abierto en las calles.
Por otro lado, la plataforma, con su composición de clase media, no se postula como una dirección revolucionaria. Defiende los intereses de los sectores que la conforman y mantienen una política de exclusión a partidos que se reivindican socialistas o a cualquier sector que intente radicalizar el programa gremial. Así mismo, las dirigencias magisteriales, han sido denunciadas como traidoras de la lucha y cada vez más están deslegitimadas para conducir la lucha.
Desde el Partido Socialista de los Trabajadores, sección de la Liga Internacional de los Trabajadores, se plantea la necesidad de una segunda asamblea de la plataforma, que aglutine muchos sectores y que radicalice el programa por la caída de la dictadura, llamando a una huelga general hasta derrotar a JOH y a todos los planes del FMI, incluido el cese inmediato del pago de la deuda externa. Todo este proceso con la más amplia democracia interna, con independencia de clase y un programa unitario.
A nivel internacional desde el PT y la LIT hacemos un llamado a rodear de solidaridad al pueblo hondureño, y le exigimos a Carlos Alvarado la ruptura inmediata de las relaciones con el gobierno del dictador Juan Orlando Hernández.
¡Por un programa y plan de lucha unitario contra la dictadura!
¡Fuera JOH!
¡Libertad a los presos políticos!
¡Por el cese inmediato a la represión!
¡No al pago de la deuda, ni a los planes del FMI!