Alajuela, mayo (Socialismo Hoy) –Como ha venido pasando en muchas otras empresas, el patrón deja en la calle a cientos de trabajadores, cuando las ganancias ya no llenan sus expectativas. Por si esto no fuera suficiente, ni siquiera reciben dineros de liquidación y quedan completamente desprotegidos y desempleados.
En el caso de la piñera Valle del Tarso en Upala, el conflicto viene desde diciembre del año anterior e involucra a unos 300 trabajadores; esta lucha tuvo situaciones particulares que vale la pena reseñar.
Fortaleza de la lucha y elementos de control obrero
Los problemas que generaron la lucha (despidos, no pagos de aguinaldos y atrasos salariales) llegaron a un punto insostenible para los trabajadores, quienes decidieron salir a enfrentar a la patronal. La forma de organización de la lucha permitió un avance significativo en comparación a otros procesos; algunos puntos los describimos a continuación:
Ocupación de la empresa y sus recursos: los trabajadores tomaron y ocuparon la instalación de la empresa, organizando la vigilancia de toda la finca y sus instalaciones, las cuales fueron utilizadas para realizar reuniones. Además, usaron los vehículos de la empresa para las movilizaciones y demás acciones.
Control de las finanzas: el comité de huelga tuvo acceso a los datos contables y la producción, al total de los activos y pasivos de la empresa, lo cual le permitió avanzar con el cobro de facturas pendientes que tenía Valle del Tarso, incluso lograron poner a la venta lotes de piñas para distribuir las ganancias entre los trabajadores despedidos.
Involucramiento de la comunidad: el movimiento tuvo un gran apoyo por parte de la comunidad, que en algún momento organizó campañas de solidaridad regional con los trabajadores que tomaban la empresa. La lucha logró crear vínculos entre los despedidos de Valle del Tarso y los de B&Jiménez en Los Chiles.
El patrón no hace falta en ningún paso de la producción
Ante la ola de despidos que se están dando en la actualidad, la política actual del gobierno es la de hacer cooperativas de despedidos. Nosotros consideramos que debe ser distinto: en primer lugar, la fuerza de la movilización como en Valle del Tarso debe colocar a los trabajadores al frente de la empresa, exigiendo al gobierno que nacionalice y esta sea administrada y controlada por los trabajadores.
En ese sentido, la lucha no debe ser por la nacionalización de las empresas para que las ganancias se repartan entre los trabajadores, si no para que estos logren conservar sus empleos, salarios y condiciones dignas en su trabajo, se elimine las ganancias del empresario para invertir en la comunidad y el estado; además, para que los trabajadores puedan administrar de formar democrática la empresa y sus operaciones. Para asegurar el éxito de la empresa nacionalizada, el gobierno debe garantizar que los productos tengan prioridad en la exportación y seguridad de mercados.