Los Chiles, 20 de mayo de 2020 (www.socialismohoy.com)- En medio de la crisis económica que afecta al país por las consecuencias de la pandemia del coronavirus, el sector campesino más pobre vive una realidad muy difícil, en medio de la miseria y los abusos de quienes compran sus productos.
SHD conversó con personas del Asentamiento Campesino El Triunfo de Medio Queso, quienes, en medio de las celebraciones gubernamentales por el día del agricultor, ven como el trabajo de la tierra no es recompensado dignamente.
En la zona norte, cientos de familias campesinas dedican sus terrenos a la siembra de raíces y tubérculos, pero en estos días los compradores de esos productos se aprovechan para pagar al precio más bajo posible, pese a que al consumidor final le siguen llegando caros los productos.
En el caso de la yuca, los compradores se han puesto de acuerdo para pagar a los pequeños campesinos el precio de ₡1500 colones por quintal lo que significa que cada kilo tendría un precio de ₡32, pese a que habitualmente les pagan por lo menos el triple de ese monto.
Los intermediarios alegan que por la crisis del coronavirus deben pagar esos precios, pero en las ferias del agricultor del área metropolitana los precios sugeridos por el CNP llegan a los ₡325 por el kilo de yuca.
«Algunos compañeros han debido vender a esos precios por la gran necesidad que tenemos»
Según Yessenia Barraza, dirigente del asentamiento, harán gestiones para exigir al Gobierno que por medio del INDER brinde algún tipo de salida para la difícil situación que viven actualmente.
Los atrasos judiciales han impedido que 7 años después de que el INDER haya pagado por la finca, se le entreguen ayudas y títulos a las familias campesinas para poder gestionar formas adecuadas de comercialización de sus productos.
El no tener documentos de sus parcelas hace que su situación sea aún más vulnerable, incluso al no ser reconocidos formalmente como agricultores.
«Me dejaron la yuca botada y ahora no sé qué hacer»
Para René Álvarez, productor del asentamiento El Triunfo, se vio obligado a intentar vender su yuca al precio más bajo que se pudo imaginar, pero incluso en esas condiciones su negocio no se concretó.
Para su desgracia, un intermediario de la zona conocido como Carlos Briones arrancó gran parte de la producción de yuca de René Álvarez y luego decidió que mejor no se la iba a llevar, dejando su producción tirada y sin pagarle ni un colón. A sus 66 años, René no puede acceder a un bono Proteger porque ya recibe una ayuda del IMAS de ₡50 mil colones mensuales, y ahora podría estar obligado a vender el trabajo de los últimos 10 meses en su parcela por un monto cercano a los ₡300 mil colones.