La Ley N° 9728 inició en 2022 en 5 colegios técnicos y el INA. En palabras de la burguesía es “aprender haciendo”: una parte es práctica laboral y otra en el centro educativo.
¿Por qué al empresariado le interesa?
Le permite abaratar costos. Las y los estudiantes realizan su práctica en diferentes empresas o zonas francas, pero no las obliga a pagarles (alentando la informalidad). Obliga al INA a asignar un fondo de beca con su presupuesto ordinario, mientras que las grandes empresas aportarán la ridícula suma de 120000 colones, ínfimo en relación con las riquezas que generan bajo su régimen de explotación (caso de Dos Pinos, El Coyol o Abbott).
¿Por qué es un ataque a las y los estudiantes y clase trabajadora?
A las y los estudiantes, porque se les “educa” bajo una lógica mercantilista, se les vende la idea que serán útiles, pero no recibirán salario, ni garantía de derechos laborales, además de la brutal presión de las actuales pruebas estandarizadas. En un contexto de recortes a educación, donde los coles técnicos deben acondicionar su infraestructura a pesar de que son de los más afectados, muchos enfrentando cierres técnicos. Las y los trabajadores se verán afectados, porque las y los estudiantes estarán realizando trabajos disfrazados de práctica, lo que justificará futuros despidos en las empresas y abaratamiento de mano de obra técnica.
La educación dual valida el “aprendizaje” bajo prácticas de explotación laboral en zonas francas (bastiones de la dictadura en el sector privado) que no pagan impuestos y que no reparten la riqueza de forma justa generada por la clase trabajadora ¡Luchar contra este modelo es luchar por una educación pública de calidad! ¡Viva la unidad obrero-estudiantil!