En medio de la Pandemia por COVID-19, los empresarios han vuelto a proponer como una supuesta salida a la crisis la mal llamada “flexibilidad laboral” y el gobierno del PAC, les ha tomado la palabra y ha incluido su propuesta en la “Planificación de la Ruta Económica Post Covid-19” presentada el pasado 8 de mayo.
La flexibilidad laboral es una estrategia empresarial para aumentar la competitividad, disminuyendo los costos, lo cual se traduce en la eliminación o reducción de derechos para las personas trabajadoras. Lo que los empresarios requieren “flexibilizar” porque consideran rígido, en este caso, es el derecho a una jornada laboral diaria de 8 horas.
El proyecto que están impulsando empresarios y gobierno, está en la corriente legislativa bajo el expediente 21.182 y propone, al igual que varios proyectos presentados en los últimos 15 años, modificar la jornada laboral introduciendo dos nuevas modalidades. La primera, es una jornada acumulativa, donde las horas de trabajo de la semana se concentren en 4 días y las de descanso en 3 días. De esta manera, la jornada laboral diaria aumentaría a 12 horas ordinarias. La segunda modalidad, es la jornada anualizada, que lo que propone es poder cambiar las jornadas laborales a las necesidades de la empresa, de manera que en los períodos de alta productividad la jornada diaria puede aumentarse a 10 horas y bajarse a 6 horas en los períodos de baja productividad. En esta segunda modalidad, los salarios se pagarían según las horas trabajadas.
En ambas modalidades se autorizaría la ampliación de la jornada laboral, lo cual consideramos que tendría graves implicaciones para toda la clase trabajadora, pero en particular para las mujeres. Y justamente, los empresarios defienden estas jornadas, principalmente la acumulativa, también conocida como 4×3, como una oportunidad para nosotras, y es lo que queremos desmentir en este artículo.
El argumento principal de los empresarios es que las mujeres tendríamos más días libres para pasar con la familia y realizar el trabajo doméstico y de cuidados que sigue recayendo sobre nosotras principalmente. Pero eso no es cierto, porque en los 4 días que se concentra el trabajo, al tener jornadas de 12 horas a las que se debe sumar el tiempo de traslado, se reduce drásticamente el tiempo para realizar esas actividades domésticas que son diarias y no se pueden acumular ni esperar para los días libres, como son la preparación de alimentos, la atención de las hijas e hijos, el acompañamiento a tareas, el cuidado de personas enfermas o adultas mayores, la higiene básica del hogar, etcétera. Si sumamos tiempo de trabajo, más traslado, quedarían apenas 9 o 10 horas para realizar estas labores y descansar. La mayoría de mujeres muy probablemente le quitarán horas al sueño, con las graves consecuencias que estoy tiene para la salud.
Otro de los argumentos que se plantean como “beneficios” para las mujeres, es que cuando están embarazadas o con hijos pequeños tendrán más posibilidades de atender sus citas médicas o escolares en esos días libres. Es decir, las empresas cada vez más se desligan de la corresponsabilidad en el cuido, asumiendo que es un asunto privado que las mujeres tenemos que resolver en nuestro “tiempo libre” o de descanso.
Desde Lucha Mujer y el Partido de los Trabajadores, nos parece inaceptable que los empresarios y el gobierno estén pensando en aumentar la jornada laboral en medio de esta Pandemia, cuando se ha puesto en evidencia cuan importante y necesario es el trabajo que realizamos las mujeres de forma invisibilizada y no remunerada. En estos días, sobre las mujeres ha recaído en mayor medida el cuidado de las y los hijos y el acompañamiento en las clases a distancia, el cuidado de las personas enfermas y de adultas mayores, la higienización extra de las compras y de las casas. Ese cuidado que hacemos las mujeres ha sido fundamental para enfrentar la pandemia y garantizar la salud no solo de cada familia, sino de la comunidad. Por tanto, debería reconocerse como tal, y en vez de estar pensando en ampliarnos la jornada laboral, exigimos que se nos rebaje la jornada laboral a 6 horas, sin rebajo salarial, para poder dedicar el tiempo que requiere el cuidado y la salud en estos tiempos.