La presencia de un nutrido grupo de dirigentes nacionales del sindicato de la Dos Pinos en la marcha del 1 de mayo tiene un significado muy importante para la clase trabajadora el país.
Ganar un espacio en las calles para quienes laboran en el sector privado es una batalla permanente que pareciera que se ha perdido, pero ejemplos como el del grupo sindical de UDECO crea una esperanza viva.
Para quienes laboran en Dos Pinos el camino no ha sido fácil, la primera vez que se organizaron para participar en el año 2018, les valió una demanda penal por parte de empresa, que llevó a un grupo de 18 compañeros sindicalizados a un proceso legal que duro varios años.
La primera vez que se realizó la marcha del primero de mayo en Costa Rica fue en 1913, y desde ese momento para la clase trabajadora ha sido una lucha constante por poder mantener ese espacio reivindicaciones.
110 años depues del primer primero de mayo, ha sido muy variado el escenario, pro lo cierto es que cada vez ha sido más difícil para el sector de la clase trabajadora que labora en el sector privado tomar ese día como propio y salir a marchar y llevar sus propias banderas.
La dictadura patronal que se instauró con fuerza desde la contra revolución de 1948, mete sus garras con fuerza para que quienes laboran en fábricas, plantaciones, construcciones, y demás empresas del sector privado no tomen ese día como una fecha de lucha.
En la empresa privada se instaló la idea de que el 1 de mayo es un día para hacer fiestas de empresa o ganar doble salario, lo que obedece al impulso de la patronal por borrar cualquier idea de que la clase trabajadora tiene sus propias celebraciones y conmemoraciones.
Romper la camisa de fuerza: la clase trabajadora debe vencer la dictadura patronal
Tener menos de 5% de la clase trabajadora del sector privado organizada, le deja el camino libre a los empresarios dueños del país y a sus gobiernos títeres para atacar sin encontrar resistencia alguna.
Tan solo en los últimos tres años los empresarios le quitaron el derecho a huelga aun sector importante de la clase, llevaron a la inflación al tope subiendo los alimentos y los pases de autobús y todo lo demás, pero dando un aumento insuficiente que fue negado en la mayoría de las empresas, y ahora están buscando legalizar las jornadas de 12 horas para exprimir aún más nuestro trabajo y nuestras vidas.
Es por eso que el pulso por la posibilidad de defender al conjunto a la clase trabajadora de los ataques y de luchar por lograr mejoras (como un rebajo de la jornada laboral o un aumento salarial justo) está en la posibilidad de romper la dictadura como lo están haciendo las y los compañeros de UDECO en su empresa.