Han pasado 130 días desde la incalculable escalada en el genocidio perpetrado por el Estado ilegítimo de Israel contra el pueblo palestino. Si bien la ocupación, el asedio, la limpieza étnica, el apartheid, y otros tipos de violencia colonialista apoyada económica y discursivamente por los imperios más grandes del mundo empezó hace 75 años, en los últimos 4 meses el mundo ha atestiguado en vivo los horrores que Israel ha diseñado para exterminar al pueblo palestino.
Los medios de comunicación tradicionales crean una narrativa que posiciona a Israel como supuesta víctima que actúa en legítima defensa, pero gran parte de la juventud, en distintas partes del mundo, ha asumido posiciones en defensa de la causa Palestina. Por ejemplo, en EEUU, múltiples grupos de estudiantes de universidad han organizado y llevado a cabo distintas formas de protesta que van desde bloqueos dentro de las instituciones hasta huelgas de hambre para exigir un cese al fuego. Además, en una de las masivas protestas pro Palestina en Alemania, decenas de personas, en su mayoría jóvenes, sufrieron una violenta represión por la policía.
Los discursos hegemónicos buscan instrumentalizar la distancia geográfica y diferencias culturales entre el pueblo palestino y los países de occidente como una justificación para desentendernos del genocidio, y por descarte, favorecer discursos y prácticas sionistas. A pesar de esto, es evidente que ciertos sectores de la juventud costarricense tienen experiencias que les permiten entender, en alguna medida y en distintos grados, la realidad que vive la juventud en el territorio ocupado.
Por ejemplo, se estima que en Palestina, antes de octubre de 2023, 5 de cada 10 jóvenes se encontraban en desempleo, mientras que en Costa Rica se trata de 3 de cada 10. Respecto al agua, comunidades como Santa Rita y Río Cuarto viven con fuertes afectaciones por los agroquímicos que utilizan las piñeras, de una forma mucho más extrema, los ataques de Israel a Palestina han tenido como objetivo la destrucción de acueductos y el bloqueo de cualquier ayuda humanitaria. Además, hasta octubre del año pasado 70% de las víctimas de asesinato vinculadas al narcotráfico eran personas de 18 a 39 años, mientras que, aunque los registros no son exactos, se sabe que miles de jóvenes en Palestina han muerto a manos del ejército de Israel financiado por gobiernos imperialistas.
El genocidio también incluye el ataque a instituciones educativas, en noviembre Israel destruyó la universidad de Al Azhar y ha asesinado sistemáticamente a decenas de docentes.
El Consejo Universitario de la UCR realizó, en noviembre, un pronunciamiento hace un llamado a la solución de los dos estados y a “condenar cualquier tipo de conducta bélica y el uso sistémico del terror que quebrante la paz y la seguridad social de los pueblos” mientras omite la ocupación, limpieza étnica, y barbarie de Israel contra el pueblo de Palestina.
La juventud universitaria debe organizarse por fuera de espacios utilizados para legitimar el genocidio contra el pueblo palestino. Para ello proponemos la conformación de un bloque interuniversitario en solidaridad con el pueblo palestino.