Está claro que en una sociedad como la nuestra, en la que las mujeres son explotadas y oprimidas, su participación en movimientos de masas como el sindical, el campesino y el estudiantil, se verá atravesada por distintos obstáculos que es imperioso resolver.
En el capitalismo todas las conquistas son parciales y temporales, y por esto es necesario entender que la lucha revolucionaria anticapitalista debe ser robustecida por la lucha en contra de todas las opresiones.
En primera instancia, la lucha sindical debe procurar construir un camino independiente de los intereses del gobierno, adoptando como uno de los ejes centrales las medidas necesarias para consolidar cuadros mujeres y manteniendo una mirada vigilante ante todos los atropellos que muchas veces traspasan las experiencias de las mujeres. Un acierto del último año fue haber visibilizado cómo las jornadas de trabajo de 48 horas en 4 días repercuten en las vidas de las mujeres trabajadoras, quienes se siguen ocupando mayoritariamente de las labores de cuido (la llamada doble jornada). Además, se debe procurar asegurar el apoyo necesario para las compañeras que asumen posiciones de dirigencia sindical, siendo el caso más reciente el acompañamiento brindado a una dirigente sindical despedida como retaliación política debido al proceso colectivo que están llevando a cabo, y a pesar de ser parte del sindicato y encontrarse en un proceso médico con el INS a raíz de una lesión producida por la naturaleza de su trabajo.
En cuanto al Movimiento Campesino, es sabido que entre las más grandes referentes se encuentran compañeras que han estado al frente de la lucha de la tierra para quienes la trabajan por años. En lo que va del gobierno de Chaves se ha visto cómo se ha hecho más profunda la desigualdad en la repartición y tenencia de tierras, lo cual claramente ha favorecido a quienes son parte de la industria agroalimentaria, ganadera y turística. La represión policial, constantes procesos de desalojo y la destrucción de cultivos, casas son cada vez más constantes. Debemos continuar generando apoyo para asegurarle tierra a las familias que lo necesiten.
Por otro lado, el Movimiento Estudiantil se encuentra en uno de sus momentos más bajos, en un contexto en el cual los grupos antiderechos tienen más recursos y convocatoria, y las políticas neoliberales recortistas del gobierno han atacado directamente la educación pública, la salud, el acceso al agua, entre otros. La FEUCR se encuentra liderada por algunas personas que pertenecen al “sector más progresivo” del PLN, lo que demuestra una vez más cómo el interés de los partidos burgueses más tradicionales no es la clase trabajadora. La revitalización del ME debe darse desde y para la clase trabajadora del país.
Es vital que nuestra militancia mantenga su compromiso indisoluble ante la lucha contra las opresiones en todos los espacios, ya que el machismo divide a la clase y nuestra revolución solamente se logrará con la unión de todes les explotades.