El gobierno atraviesa su peor momento en cuanto a su nivel de popularidad, lo cual se suma a un pésimo panorama económico y a una crisis de salud provocada por la pandemia que está lejos de acabar.
En el peor momento de Alvarado más de 60 organizaciones, incluidos varios sindicatos, se integraron a una mesa de diálogo nacional, la cual no es más que una trampa para ganar tiempo en medio de la derrota momentánea de su primera propuesta de acuerdo con el FMI. A su vez, en varias regiones el gobierno impulsa los llamados diálogos territoriales para tratar de aplacar el gran descontento popular que llevo a los recientes bloqueos.
La mesa de diálogo solo sirve para fortalecer al gobierno
Durante los primeros días del mes de octubre se vivieron importantes bloqueos contra las políticas gubernamentales y contra la propuesta de acuerdo con el FMI. Frente a las protestas el gobierno Alvarado combino una acción represiva y un primer llamado al diálogo, del cual se excluía a sectores como el autodenominado Movimiento Rescate Nacional que participaba de las protestas.
El primer llamado al diálogo con el gobierno evidenciaba el verdadero carácter antidemocrático de esta salida, proponiendo una mesa con 29 miembros, cuatro representantes del Poder Ejecutivo y 25 de la sociedad civil -cuyos sectores también eran definidos de previo por el Ejecutivo y el Estado de la Nación-, además del acompañamiento por parte de la Asamblea Legislativa y la conducción a cargo del Proyecto Estado de la Nación. En esa mesa no se admitía al movimiento Rescate ni a los sectores que estaban al frente de los bloqueos.
Ese primer llamado fracaso, el 15 de octubre el director del Programa Estado de la Nación, Jorge Vargas Cullel, anunció mediante un video en redes sociales que la mesa de diálogo multisectorial propuesta por el Gobierno no pudo ser convocada.
En menos de dos semanas el gobierno tuvo que retirar temporalmente su propuesta de acuerdo con el FMI y su llamado pomposo a una primera mesa de diálogo. Estas fueron importantes victorias parciales, producto de las movilizaciones y de la crisis política que atraviesa Alvarado hasta el momento.
Conforme pasaban los días y los bloqueos se mantenían las principales empresas de comunicación, los partidos políticos y los representantes de los Poderes (Legislativo y Judicial) lanzaron una ofensiva ideológica contra los bloqueos y a favor del diálogo. Esta campaña le dio aire al gobierno, legitimando la represión en varios puntos y afianzando un segundo llamado al diálogo.
Así, se instaló la llamada Mesa de Diálogo Multisectorial, constituida formalmente el pasado viernes 23 de octubre. Este segundo intento se consolido de momento como una la salida tramposa y desmovilizadora, de cual forman parte más de 60 instancias dentro de las cuales se encuentran sindicatos como ANDE, APSE y UNDECA.
La segunda mesa de diálogo que se instaló a nivel nacional ya tuvo algunas victorias para el gobierno y los grandes empresarios. Lograron aplacar las protestas y bloqueos al menos de forma momentánea, incluso grupos como Rescate Nacional se comprometieron a no respaldar más bloqueos de vías; con ello se contiene de manera temporal las acciones de calle que se trajeron abajo la primera propuesta de acuerdo con el FMI y que amenazaban con una crisis aún mayor.
Por otro lado, la agenda de ataques y recortes no deja de avanzar, mientras los sectores en la mesa “dialogan” los diputados a golpe de tambor aprueban: recortes al presupuesto público, ampliar la suspensión de contratos y reducción de jornadas, ataques al salario de los empleados públicos (suspensión de anualidades 2020-2021 y Ley de Empleo Público).
Esta es una salida tramposa, que lo único que facilita es que el gobierno recomponga sus maltrechas fuerzas y que gane tiempo para seguir aplicando las contrarreformas que le cobran al pueblo aquello que deberían estar pagando los ricos.
Esta mesa se sostiene en el peor momento del gobierno. Según los datos del Centro de Investigaciones Políticas de la UCR (CIEP) el rechazo al gobierno sube a 66%, el más alto en esta administración y el segundo más alto desde 2013 – a finales del gobierno de Laura Chinchilla-. El rechazo popular es aún mayor en provincias como Limón y Puntarenas, donde se concentran las mayores desigualdades y donde se vivieron importantes protestas durante octubre.
El gobierno tiene que hacer frente a una coyuntura donde según el mismo CIEP solo un 15% de la población mayor de edad emite una calificación positiva sobre Alvarado, el cual se ve golpeado por una alta impopularidad, un creciente desempleo (22%), cifras históricas de pobreza (26%) y un panorama económico pesimista donde la economía decrecería al menos un -4,5%.
En este camino espinoso y truncado, sostener el diálogo es una bocanada de aire, una pausa para intentar retomar aún con más fuerza la ofensiva de ataques contra el pueblo.
Solo el pueblo salva al pueblo
El pueblo movilizado podría profundizar la crisis que atraviesa el gobierno y poner en jaque muchos de los ataques que están ocurriendo. Pero la mayoría de fuerzas políticas apuestan por todo lo contrario y apuntalan al gobierno.
Las dirigencias sindicales estatales son incapaces de revertir la derrota de la ley anti huelgas y de encabezar una lucha contra los diversos ataques. El Frente Amplio hace lo propio apuntalando al gobierno desde el gabinete con Patricia Mora, en la mesa de diálogo nacional con Sofía Guillen y en algunas regiones con los diálogos territoriales donde participan figuras como Wilmar Matarrita -actual presidente del FA-.
Rescate Nacional abandono por su parte cualquier beligerancia en la calle y más intenta a como dé lugar que le cedan una silla en la trampa de la negociación.
La debilidad del gobierno debería ser aprovechada por todas las fuerzas sindicales y populares del país. Pero para fortalecer la lucha se requiere salir de esa mesa de diálogo y romper con cualquier ilusión de que por esa vía se pueden obtener victorias para el pueblo.
Desde el Partido de los Trabajadores llamamos a las organizaciones que participan de la mesa con el gobierno a salir de inmediato de esa instancia y a denunciar la trampa en la que nos están metiendo. Denunciamos la actitud cómplice del Frente Amplio, que sigue siendo sostén de Alvarado en medio de la profunda crisis y los duros ataques que padecemos.
¡Ruptura inmediata de con la mesa nacional y con los diálogos territoriales del gobierno Alvarado!
¡Ninguna confianza en el gobierno!
¡Retomemos las calles hasta derrotar los planes de Alvarado y la Asamblea!