A dos años de la toma de gobierno de Chaves, la situación de las juventudes no ha mejorado. El FEES 2024, negociado en 2023, no da cuenta de la inflación ni reconoce el 1% adeudado en el Fondo del año anterior, por lo que hubo una disminución del dinero otorgado a la educación superior, siguiendo la tendencia de los últimos 8 años. Estos recortes no se dan solamente en la educación superior, por lo que la formación de las personas universitarias más jóvenes también se ha visto afectada de forma sistemática debido a la crisis causada por la desinversión en el sistema público de educación en general. Aunado a esto, la juventud sigue viéndose abatida por los altos índices de desempleo, los cuales perjudican muchísimo más a las mujeres (casi el doble).
Asimismo, es la población menor de 30 años la que se ha visto más golpeada por el alarmante crecimiento del narcotráfico y el sicariato, causado en parte por el socavamiento del andamiaje institucional que antes brindaba mayor apoyo a las poblaciones vulnerabilizadas. Además, las universidades públicas siguen siendo espacios donde los docentes acosan a las estudiantes, y donde las becas no reflejan el costo de la vida ni las necesidades del estudiantado en mayores condiciones de abandono estatal. La FEUCR no tiene mayor incidencia y el Movimiento Estudiantil continúa peligrosamente desarticulado mientras los grupos antiderechos toman más fuerza.
A pesar de todo, ni el gobierno ni la FEUCR tienen un programa claro para las necesidades de la juventud de la clase obrera. La única salida es la organización socialista de la juventud porque la educación al servicio del capital nunca resolverá nada.