Las y los trabajadores de la educación, no son ajenos a la discusión electoral nacional. Además, a lo interno de los sindicatos, las bases discuten sobre aspectos como la antidemocracia, los privilegios de los burócratas, o bien, como estos han abandonado los métodos de lucha.
En varias ocasiones, las burocracias claman que sus organizaciones son “apartidistas”. ¡Pero cuánta hipocresía! Para esclarecer ello, va un ejemplo histórico reciente: en 2018, fue electo Marvin Rodríguez Cordero, dirigente del SEC, como parte de la fórmula del Gobierno del PAC.
Indagando, nunca hubo una crítica por parte de la dirigencia del SEC, a la figura de Rodríguez, aunque este haya sido participe de un gobierno anti obrero, en donde se implementó la Reforma Fiscal de 2018 y la ley antihuelgas. Él reniega del sindicalismo combativo, defendiendo el régimen y abogando por el actuar del gobierno centralmente en el rechazo al pedido de sindicatos de retirar plan fiscal y declaratoria de ilegalidad de huelga.
¿Pero cómo explicamos su actuar?
En el sistema económico actual capitalista, los capitalistas negocian con estos burócratas ciertos privilegios para cooptarlos, y los burócratas viven de estas migajas, en aquel entonces con el PAC, Rodríguez obtuvo ello. Las burocracias necesitan ganarse la confianza del gobierno y para ello, reniegan de la democracia obrera.
Por ello es central apostar por direcciones sindicales que construyan sindicatos independientes del gobierno y que retomen los métodos de lucha callejeros. Debemos además denunciar la trampa del régimen democrático burgués y construir un partido que organice a la clase trabajadora para luchar por nuestros derechos y que la clase trabajadora tenga el poder, y ese partido es el PT.