La política: explotar más a la clase trabajadora
Las más recientes declaraciones de la diputada oficialista Pilar Cisneros sobre los salarios en Costa Rica han sido claras: la política del gobierno para la clase trabajadora es atacar sus condiciones laborales en beneficio del empresariado. Una de las acciones en este sentido viene a ser el Proyecto de Ley conocido como de las Jornadas 4×3 (Expediente 24.290) que pretende que las personas trabajen 12 horas consecutivas como jornada regular durante 4 días y 3 días sin trabajar. Este proyecto ni es nuevo, ni es idea original del gobierno actual, sino que cuenta con el apoyo de todos los partidos burgueses y ha sido llevado a la AL por: PLN, PSD, PUSC, NR, PLP. Todo bajo mandato de las cámaras empresariales (como la UCCAEP, la Cámara de Industrias y la Asociación de Empresas de Zonas Francas).
Tiene como propósito incrementar la explotación que hace la patronal de las personas trabajadoras, poniendo a funcionar sus empresas la mayor cantidad de tiempo continuo y sin pagar horas extra ni considerar jornadas nocturnas o mixtas de menor duración. De hecho, los días de trabajo pasarían a ser definidos en función de las necesidades de la producción e incluso de la conveniencia de los socios comerciales internacionales de cada empresa. No hay garantía de que los días de descanso sean seguidos ni de que sean los mismos todas las semanas, como de hecho ya se ha estado haciendo de manera irregular en algunas empresas. Imposibilitando así la planificación de la vida más allá del trabajo para las personas trabajadoras.
Potencial impacto de las 12h en las mujeres trabajadoras
Si bien las jornadas de 12h, las horas extra obligatorias o sin pago y muchos otros abusos ya son una lamentable realidad para muchas personas trabajadoras, especialmente las migrantes, expuestas a mayores atropellos, la intención del proyecto de Ley de Jornadas 4×3=12 vendría a convertir en norma lo que hoy en día es ilegal (dejando a nuestra imaginación lo que serían los escenarios ilegales). Las jornadas serían de 12h a lo que habría que sumar el tiempo para transportarse al trabajo, que es mayor en zonas rurales donde la situación de las mujeres tiene dificultades particulares. Ya ha sido denunciado por la OMS que el trabajo a estos ritmos es perjudicial para la salud, aumentando el riesgo de muertes asociadas al exceso de trabajo por accidentes cerebrovasculares y cardiopatías isquémicas, así como de depresión y dolores crónicos. Esto llegaría posiblemente a presionar los servicios del INS y de la CCSS, que ya se encuentra en una situación crítica.
Todo esto es dañino para cualquier persona, pero en el caso de las mujeres el impacto es colosal por ser quienes realizan la mayoría del trabajo doméstico no remunerado del país. Se ha demostrado que las mujeres con trabajo dedican en promedio 28 horas semanales al trabajo doméstico y de cuidados. Puesto que preparar y suministrar alimentos, atender menores de edad, mantener un mínimo de higiene en la vivienda, son tareas impostergables, este trabajo suma cada día horas a las jornadas de las mujeres, en este caso sin pago alguno. Y se ha demostrado que el trabajar jornadas de 12 horas estando al cuidado de menores genera en las mujeres un grado de desgaste físico y mental extremadamente perjudicial que no se recupera en el tiempo de descanso luego disponible, que además suele no coincidir con los días de descanso tradicionales, limitando además las posibilidades de interacción social y hasta de organización comunitaria, sindical y política.
Niñez, juventud y reproducción
El impacto social de que decenas de miles de mujeres pasaran a dedicar al trabajo al menos 12 horas diarias (que fácilmente llegarían a 13 o 14 horas considerando transporte), combinado con la política estatal de desfinanciamiento, privatización y reducción de los servicios de cuido para las personas menores de edad o dependientes, vendría posiblemente a producir una catástrofe en el cuido y la educación de las nuevas generaciones. En el caso de la juventud, exponiéndoles al riesgo del narco, de la trata y otros. Los servicios de cuido públicos actuales ni siquiera dan abasto ya que apenas atienden en jornadas de 7am a 4pm o 5pm al 60% de menores de 6 años de los dos primeros quintiles. Pero si se considera la población no sólo menor de 6 años sino menores de 12 años, quienes efectivamente necesitan ser cuidados y cuidadas, la demanda pasaría de 46 991 a 181 246, para lo que evidentemente no se da abasto, muchos menos si se considera que tendría que aumentar la duración de la jornada de los centros de cuido.
Es evidente la hipocresía por parte de quienes se lamentan de la reducción de las tasas de natalidad e incluso atacan el derecho a decidir sobre la reproducción, pero al mismo tiempo socavan cualquier tejido social que podría brindar condiciones a las personas para ser madres o padres.
La falsa libertad de elegir en una dictadura patronal
Como hemos expuesto en otros espacios (enlace a artículo de O) es del mayor cinismo e irrespeto que se considere que en las empresas las personas trabajadoras podrán decidir voluntariamente si pasan a la jornada de 4×3=12. La realidad de las empresas privadas es la de una dictadura de la patronal, donde se funciona bajo la amenaza constante del despido, el acoso laboral y sexual impune, las horas extra obligatorias (o bajo sistemas absurdos e ilegales como de rifa) o no pagadas como tales. Todo esto bajo la fiscalización de un Ministerio de Trabajo y Seguridad Social sin el músculo a nivel de personal ni de sistema judicial ni de voluntad política para hacer valer ni tan siquiera lo que se encuentra estipulado por ley, como el derecho a la sindicalización, al salario mínimo y a las jornadas establecidas en el código de trabajo.
Las mujeres trabajadoras se encuentran en una posición de mayor vulnerabilidad en este contexto, en los procesos de contratación, asignación de puestos, definición de salarios o de ascensos, entre otros. El proyecto de jornadas de 12 horas considera además que las mujeres embarazas, en lactancia o con responsabilidades de cuido no puedan tomar esta modalidad, en lo que podría funcionar como un mecanismo para expulsar a las trabajadoras gestantes o madres a irse a la casa, a interrumpir indeseada y riesgosamente sus embarazos o a renunciar a sus derechos por lactancia, especialmente si los turnos en jornadas de 8horas van gradualmente desapareciendo de las empresas. Lo que vendría a reforzar la situación predominante en las mujeres en Costa Rica, de dependencia económica y dedicación el trabajo reproductivo no pago (a pesar de haber sido estimado equivalente al 21% del PIB por el BCCR). Y a su vez, generando situaciones de mayor riesgo, vulnerabilidad e imposibilidad de salir de ciclos de violencia machista, actualmente en aumento tanto en número como en brutalidad.
Ante la ofensiva del empresariado, organización y lucha socialista
Ante este ataque de la patronal, de intentar explotar todavía más a la clase trabajadora, que pondría a las mujeres trabajadoras en una situación de verdadero riesgo por la recarga de trabajo que implica que los cuidados y el trabajo doméstico se resuelvan en cada hogar mayoritariamente con el trabajo no pago de las mujeres. Pero el conjunto de la clase obrera se vería perjudicado por esta posibilidad, ya se perjudican los tiempos de esparcimiento, familia, comunidad, e incluso organización política en tanto vendrían a definirse en función de las necesidades de las empresas y su producción. Por eso proponemos que
- La resistencia a las jornadas 4×3=12 debe ser tomada por el conjunto de la clase trabajadora del país. De todos los sectores de la economía y de la sociedad y en unidad entre la clase obrera, considerando que el perjuicio es potencialmente mayor sobre las mujeres, pero el enemigo en común es la patronal.
- Exigimos Servicios Universales de Cuido para menores y personas dependientes, de calidad y gratuitos para todas las personas que los necesiten. Con guarderías y centros de cuido para diversas edades y necesidades de calidad en cada centro de trabajo y comunidad, fiscalizadas por el Estado y las personas usuarias.
- No es aceptable que las 2000 empresas más grandes del país extraigan de nuestro trabajo 50 billones de colones al año, mientras que solamente gastan en salarios 10 billones y pretendan explotarnos aún más. Necesitamos mejores salarios, más días de descanso y más empleos. Para eso proponemos implementar la reducción de la jornada laboral a las 40h, como se viene haciendo en otros países, sin reducción salarial.
- Para todo esto, debemos organizarnos como clase trabajadora, independientemente de los sectores sociales que lucran con nuestra explotación. Nuestros intereses están contrapuestos y es por eso que debe ser la clase obrera la que gobierne, único actor social capaz de gestar las transformaciones socialistas que necesitamos.