Nació un 25 de julio de 1963. Le tocó una vida difícil desde su infancia. Como su papá murió cuando apenas tenía 3 años, tuvo que trabajar para ayudar a su familia. Contaba que a los 9 años ya era peón en las fincas de los vecinos para ayudar a su familia.
Santiago se hizo policía cuando cumplió 18 años, trabajo que lo llenó de historias y de conocimientos del mundo y de la gente, y que muchos años después lo hacían parecer más viejo de lo que era.
Fue obrero en las plantaciones bananeras en Matina, cosechador de naranjas en Ticofrut, agricultor en tierra prestada, criador de chanchos y vacas, vendedor ambulante, guarda, entre muchos otros trabajos porque él era de los que no se arrugan ante nada.
En sus tiempos fue un buen jugador de fútbol, hasta se enfrentó en un partido con el “Policía Gomez”. Apasionado liguista y buen manejador de equipos, armó un equipo espectacular en el último campeonato del cantón con la gente de Hernández.
En los últimos 15 años de su vida, cumplió una labor comunal destacada. Fue miembro de asociaciones de desarrollo y comités del pueblo. Contaba muy orgulloso que la escuela de El Parque existe por una lucha comunal de la que él fue partícipe.
Era conocido por todos en el pueblo como honrado y trabajador, cosa que lo hacía sentirse orgulloso sin duda alguna.
Hoy los obreros y campesinos pierden un gran camarada.
Santiago cumplió más de 6 años de luchar por tierra en Medio Queso, miembro del histórico comité campesino desde el 2012, al lado de Yessenia, René, Martha, Carmen, Miguel y Olimpo. Es un responsable indiscutible de unas de las victorias campesinas más importantes de la últimas décadas en el país.
Lo conocí hace 4 años cuando llegué a Los Chiles como parte de mis tareas de militante y desde ese momento fue mi amigo y mentor en todos los temas posibles.
Fue un cuadro dirigente del PT en Los Chiles, uno de los imprescindibles… hoy perdemos uno de los imprescindibles.
Siempre dudando y cuestionando en las reuniones, fue un trotskista innato que aportó un sinnúmero de elementos valiosos en las victorias, pero logró tener paciencia en las derrotas y las crisis propias de lo que hacemos. Defendió la unidad del partido en la primera línea durante los últimos meses del año pasado.
Me enseñó mil cosas: de fútbol, agricultura, política y hasta a disparar un rifle… él siempre tenía una historia para explicar las cosas de la vida y un consejo valioso.
Jamás olvidaré que me acompañó en mi primera huelga en la piñera de Santa Fe. A las 3 de la mañana pasó a recogerme y me contó muchas historias de camino para controlar mis nervios aquel 3 de marzo. Es responsable de colocar en buen punto la semilla del sindicato que tanto necesitan los obreros de este país.
Hace pocos días en la cama del hospital me dio ánimos de seguir con la lucha y de no hacer caso a los miedos. Definitivamente él era mil veces más valiente que yo.
“Chago” se fue dejando una estela imborrable de luchas, trabajo y amor que será eterna. Le dejó a sus dos hijos una parcela que se ganó luchando, cientos de amigos, camaradas y buenos momentos en este mundo.
Ojalá Francis, su esposa y valiente compañera militante, logre encontrar tranquilidad ante esta situación tan difícil, al igual que su familia que tanto lo amaba.
Confío plenamente en que la vida va a generar millones de obreros y campesinos como Santiago Aguinaga. El mundo será otro, uno mucho mejor.
Santiago me convirtió en un mejor ser humano, en un mejor revolucionario y por eso le debo mucho.
¡Hasta el socialismo siempre Camarada Santiago!
Jouseth Chaves, dirigente del PT