Socialismo Hoy - Periódico Oficial del Partido de la Clase Trabajadora
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Los planes del imperialismo estadounidense en Costa Rica en la era Trump 2.0

La política del nuevo gobierno de Trump para Costa Rica es una continuación y profundización de 3 áreas de “trabajo mutuo y cooperativo” en las que el gobierno de Rodrigo Chaves ya había sido sometido por la administración del ex presidente Biden a favor de los intereses de los amos imperialistas del norte. Esas 3 áreas de trabajo son 1) el posicionamiento de Costa Rica como una pieza importante en la disputa económica de EEUU con China, 2) la militarización del control migratorio en Costa Rica bajo la dirección del gobierno estadounidense, y 3) el uso ideológico del prestigio “democrático” de Costa Rica para reforzar la creencia de que EEUU busca promover internacionalmente la “democracia” y la “libertad”.

Primero, Trump busca impedir la operación de empresas chinas en el mercado interno costarricense (bajo un discurso de “ciberseguridad”) con objetivo de garantizarse el control del negocio de las telecomunicaciones y del 5G en Costa Rica y expulsar de su zona de influencia la amenaza de su contrincante asiático (lo cual se añade a una situación equivalente en la producción de microchips en el país costarricense, donde EEUU también se ha garantizado su dominio frente a China).

Segundo, Trump busca la participación de Costa Rica en su plan para militarizar el control de la migración en la región, principalmente para detectar y detener a aquellas personas migrantes con perfiles “peligrosos” para los intereses de EEUU, lo cual pone en un riesgo mayor a tales personas migrantes, cuyos derechos humanos ya son vulnerados cotidianamente tanto en EEUU y en Costa Rica. En ese sentido, el gobierno de Trump ya ha asegurado que continuará apoyando a Costa Rica en tal tarea, e, incluso, mantendrá programas de cooperación internacional en tal materia que ya ha congelado en otros países.

Tercero, EEUU seguirá usando el prestigio internacional de Costa Rica como “democracia ejemplar” para convencer a los pueblos latinoamericanos de que su objetivo a nivel regional es promover la “democracia”, la “libertad” y el “progreso” (en vez de someter gobiernos, violentar soberanías y saquear recursos locales, como lo ha demostrado la historia en repetidas ocasiones), y que el tener a Costa Rica como uno de sus principales aliados de la región, es una prueba de las “buenas intenciones” estadounidenses.

Añadido a lo anterior, el nuevo gobierno de Trump ha dado apoyo e impulso a las derechas conservadoras a nivel mundial y Costa Rica no ha sido la excepción, lo que ya se observado con la eliminación de la educación sexual en Costa Rica por el presidente Chaves usando argumentos que el mismo Trump había usado para políticas similares, lo cual pone en gran riesgo los derechos de las mujeres, grupos LGTBIQ+ y otros sectores oprimidos.

Como resultado de todo lo anterior, el sometimiento de Costa Rica a los intereses de EEUU continúa y se profundiza, por lo que es necesario que la clase trabajadora, los sindicatos y movimientos sociales en general estudien la situación y se organicen para luchar contra la subordinación costarricense al imperialismo gringo y de cualquier otro imperialismo capitalista.

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