La Alianza Campesina del Norte se movilizó a Casa Presidencial desde el lunes 23 hasta el miércoles 25 de octubre para exigir al presidente de la República la declaratoria de interés público. El primer día la organización entregó su pliego petitorio, con el fin de abrir la discusión con el gobierno, que respondió con desprecio y desinterés que tiene por atender las exigencias, al romper la mesa de trabajo.
El martes la Alianza se instaló en la Universidad de Costa Rica ante las amenazas de represión. Entonces, se dedicó a una gran campaña de divulgación con organizaciones y diputados. El miércoles 25 la Alianza participó de la marcha nacional de sindicatos del sector público, universidades y diferentes organizaciones sociales contra las políticas del gobierno.
Como Partido de los Trabajadores acompañamos la lucha y organización de la Alianza Campesina desde su fundación. Si algo nos queda claro es la determinación y resistencia pese a los desalojos sufridos hace poco. Por ello saludamos la medida de presión y creemos que, aunque no se logró la declaratoria, las más de 600 familias campesinas salen fortalecidas para seguir luchando.
¿Eso cómo lo logramos? Nosotros creemos que hay que preparar acciones más contundentes, como bloqueo de rutas estratégicas para detener el paso de las exportaciones de piña o naranja. Debemos fomentar la autodefensa de los asentamientos que sufren desalojos para que no vuelva a suceder lo de Monteverde. Estas medidas son fundamentales para obligar al gobierno a emitir la declaración, por eso instamos a todos los asentamientos a discutir en sus asambleas cómo preparar y desarrollar a cabo iniciativas de este tipo con miras a lograr la entrega de tierras para trabajar y vivir.
