La población migrante nicaragüense es un componente fundamental de la clase trabajadora de Costa Rica, no solo por su numerosidad, sino por la importancia de las actividades a las que se dedican y el grado de explotación que sufren.
Producto de la falta de oportunidades en Nicaragua, centenares de miles de nicaragüenses se han visto obligados a salir de su país en busca de mejores condiciones de trabajo y así poder enviar dinero a sus familias. Esta falta de oportunidades se ha visto exacerbada con situaciones políticas que en la historia de Nicaragua han forzado a otros tantos a huir de la persecución de las dictaduras de su país, en el pasado lo hicieron huyendo de la dictadura de Somoza, hoy lo hacen huyendo de la dictadura del Daniel Ortega. Se estima que hay alrededor de 1.5 millones de nicaragüenses viviendo fuera de su país, es decir más del 20% de la población de Nicaragua.
No hay datos exactos de cuántos viven hoy en Costa Rica, debido al alto flujo constante y a que una porción no es registrada, sin embargo, se estima que para marzo del 2023 había más de medio millón de nicaragüenses en Costa Rica, es decir alrededor del 10% de la población.
Peores salarios
La población nicaragüense es mayoritaria entre quienes trabajan en industrias como la construcción, los trabajos del hogar como limpieza y cuido, y el trabajo del campo en las grandes plantaciones como las piñeras.
El salario promedio de un trabajador de la construcción está en alrededor de 400,000 mil colones, en el 2021 en las piñeras de la zona norte los contratistas pagaban 30,000 colones por semana. Las mujeres tienden a llevar la peor parte, en general tener salarios menores que los hombres. Esto incluso se ve exacerbado cuando por ejemplo, el trabajo doméstico, tanto de limpieza como de cuido de menores tiene un salario mínimo legal de 246,624 colones, más de 100,000 colones menos que el salario mínimo general.
Trabajos más riesgosos
Según el Consejo de Salud Ocupacional para el 2022 la ocupación donde se vivieron más accidentes fue la agricultura, donde se registraron 19.3% de los casos. En segundo lugar, la construcción donde se dieron el 18.3% de los accidentes, y en cuarto lugar en los trabajos de hogares como empleadores (trabajo doméstico principalmente), que registró el 14.3% de los accidentes.
Es decir que los trabajos que tienen una ocupación predominantemente nicaragüense registraron de forma conjunta más de la mitad de todos los accidentes laborales.
Mayor irrespeto de los derechos
Hay varias investigaciones, incluido el Estado de la Nación, que han constatado el grave nivel de incumplimiento de los derechos laborales en el sector privado en Costa Rica. Estos estudios han señalado de igual manera que la población migrante, principalmente la nicaragüense es la que más sufre la violación a sus derechos fundamentales.
Por ejemplo, para el 2014 más de la mitad de los trabajadores de la agricultura ganaban un salario inferior al mínimo. El Estado de la Nación del 2013 señalaba que las labores en las que más se incumplen los derechos laborales son justamente las que concentran mayoritariamente mano de obra nicaragüense: trabajo doméstico, construcción y agricultura.
Una división funcional al capitalismo
El capitalismo fomenta la división en la clase trabajadora, alimentando falsas ideas como la inferioridad de las mujeres o la inferioridad de los nicaragüenses. Esto lo hacen para así conseguir explotar más fuertemente a estos sectores de la clase trabajadora, como vimos en los datos anteriores. Al dividir a la clase trabajadora, hace que las y los trabajadores consideren que es normal que los nicaragüenses sean más explotados por su condición de migrante.
Este tipo de divisiones, entre hombres y mujeres, o ticos y nicas, solo sirven para perjudicar al conjunto de la clase trabajadora y beneficiar a las y los grandes empresarios, a la burguesía. El machismo y la xenofobia son las ideas que la burguesía esparce entre la clase para tenerla más sometida y dividida. Es por esto que cualquier trabajador y trabajadora con la menor conciencia de su condición de explotación debe combatir estas ideas, combatir la división de la clase, y más bien luchar por la unidad del conjunto de la clase en contra de sus verdaderos enemigos y enemigas, las y los patronos.