La dictadura de Ortega-Murillo ha venido recrudeciendo su represión. El lunes 28 de mayo hubo dos asesinatos y el día de las madres nicaragüenses, 18 muertes más. Al momento de escribir estas líneas (2 de junio) estamos recibiendo informes de detenciones, muertos y violaciones en Masaya.
Mientras tanto, vemos a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia continuar con su llamado a retomar el diálogo manifestando su disposición a “flexibilizar” los tranques (bloqueos de calles), que han sido la herramienta fundamental de lucha.
El diálogo solo fortalece al gobierno
El gobierno inició el diálogo a la defensiva, con la asistencia de la pareja presidencial, pero conforme han pasado los días, han ido ganando espacio. Mientras ellos “dialogan”, la dictadura continúa con sus asesinatos y persecución, y al movimiento solo le queda resistir y resistir. La dictadura está muy cómoda mientras pasa el tiempo, y apuestan a desgastar el movimiento.
El pueblo nicaragüense ha expuesto su fortaleza y bravura, y ha demostrado que puede resistir. Pero no basta con aguantar, hay que buscar la forma de tomar la ofensiva, no es en el diálogo que está la solución.
Parar la economía hasta que se vayan
Los tranques han sido muy útiles, porque afectan la economía del país, pero no la paralizan. Necesitamos preparar una huelga en todas las principales industrias, para paralizar lo que los sostiene, la producción de la riqueza.
Quienes producen la riqueza en Nicaragua son los trabajadores y ellos mismos la pueden parar. Es necesario que empecemos a formar comités de lucha, así sea clandestinos, en cada una de las principales fábricas y centros de producción del país. Esto solo se puede hacer si quienes están hoy al frente de la lucha en las universidades y los barrios se avocan a esa tarea. La unidad de los trabajadores, universitarios, campesinos y quienes sostienen las barricadas en los barrios, puede dar paso a una gran huelga general en Nicaragua.
¡No al diálogo!
¡Huelga General para sacar a la Dictadura!