El Frente Amplio cumplió un nuevo año en la Asamblea, pasando de un diputado en la legislatura anterior a contar con 6 de los 57 diputados que conforman el parlamento. En el escenario nacional el FA aparece como una organización de izquierda, incluso los ataques anticomunistas del Presidente Chaves así los ha referenciado, aunque hace mucho rato que renegaron de cualquier proyecto verdaderamente socialista.
El FA hace mucho rato que renunció a reivindicar principios básicos de la izquierda revolucionaria como lo son apostar por una estrategia permanente de movilización, la necesidad de plantear un gobierno de los trabajadores o defender un programa socialista que enfrente los intereses del gran capital. Este primer año de la nueva fracción lo han ratificado cada vez que han podido, incluso han llegado a votar proyectos que son un atentado directo contra los intereses del pueblo trabajador como los llamados eurobonos para hipotecar al país o con la votación del presupuesto nacional para este 2023 que incluyo durísimos recortes.
Con el discurso de la “izquierda posible” o de lo “políticamente viable” renuncian a cualquier medida de ruptura con el régimen costarricense y con las políticas de saqueo. Su lógica del acuerdo parlamentario y los consensos termina siendo derrotista para la clase obrera, que ve como todos los días sus condiciones empeoran sin importar que alguna vez se recuerden de las necesidades del pueblo trabajador en sus discursos.
En la actual discusión de las jornadas 4X3, si bien han hecho algunas denuncias correctas, lo cierto del caso es que esas manifestaciones no pasan de ser actos meramente testimoniales sin un llamado o una propuesta de lucha concreta. Las denuncias por si solas en el parlamento no cambian para nada la correlación de fuerzas contra la clase obrera, en el periodo anterior también sin duda Villalta fue un gran orador, pero esto no impidió que se aprobaran nefastos proyectos como la ley de empleo público o la ley anti huelgas.
La izquierda que necesitamos es una que organice la lucha y plantee una propuesta verdaderamente socialista; que denuncia la jornada 4X3, que vaya a las puertas de las fábricas y plantaciones a disputar la consciencia de la clase obrera denunciando las verdaderas intenciones del gobierno y la clase empresarial. Una izquierda que ante la lucha con bloqueos y huelgas no llame a confiar en el parlamento, en los tribunales o en el lobby de sus diputados como hace sistemáticamente el FA.
A esa tarea de construir una izquierda revolucionaria estamos dedicados en el PT y por ello sin ninguna duda luchamos.
