Por Mario Cruz
Desde nuestra infancia nos vamos llenando de recuerdos, sobre noticias de guerras, golpes de Estado, crisis económicas y revoluciones. Actualmente la guerra de Ucrania y el genocidio por parte de Israel a los palestinos, es lo que más aparece en las noticias, pero según el programa de estudios sobre paz y conflictos de la Universidad Upsala de Estocolmo, actualmente existen 56 conflictos armados alrededor del mundo[1]. Esto ha sido una tendencia constante desde 1914 que estalló la primera guerra mundial.
Una de las principales características de quienes nos consideremos comunistas e intentamos defender una perspectiva de la defensa de los intereses de la clase trabajadora, es oponernos frontalmente a las guerras entre países. Ya que en la gran mayoría de esas guerras quien muere es la juventud de la clase trabajadora, y lo más triste es que se intercambian tiros entre la clase trabajadora de ambos países, mientras las burguesías de ambos países no van a luchar y serán quienes tengan jugosas ganancias.
Existen diferentes tipos de guerras, y esta columna estará dedicada a explicarlas a cada una de ellas junto a otros aspectos como las revoluciones. Sin embargo, aquí queremos explicar dos factores:
Primero, que las guerras son inevitables bajo el sistema capitalista actual. Ya que ellas son necesarias para que la clase burguesa resuelva sus conflictos y es funcional a la enorme industria armamentista.
Segundo, desde la primera guerra mundial que fue en 1914 hasta 2018, nunca hemos parado de tener guerras en todo el planeta, más de un siglo es un tiempo suficiente para demostrar que el sistema capitalista no puede resolver este problema, sino que al contrario es la fuente de tantas guerras. Pero además, con las armas nucleares la clase capitalista nos mantiene bajo la amenaza constante de poner fin a la vida en el planeta.
Uno de los mayores estudiosos de este problema de las guerras y su relación con el sistema capitalista fue Lenin, el mayor dirigente de la revolución rusa, todo trabajador que quiera ser un defensor de los derechos de su clase, esta obligado a estudiar a Lenin a fondo.
Lenin en su libro imperialismo fase superior del capitalismo escrito en 1916, explicaba:
«Los capitalistas no se reparten el mundo por su particular maldad, sino porque el grado de concentración alcanzado les obliga a seguir por ese camino para obtener beneficios; y se lo reparten ‘proporcionalmente al capital’, ‘proporcionalmente a la fuerza’, porque otro procedimiento de reparto es imposible en el sistema de la producción mercantil y del capitalismo» [2]
Con base a las explicaciones al razonamiento de Lenin podemos decir que las guerras entre países como las actuales tienen los siguientes motivos:
- Expansión económica y lucha por mercados (Imperialismo): En la época imperialista, las guerras son impulsadas por la competencia entre potencias capitalistas para repartirse territorios, mercados y recursos. Estas guerras son, esencialmente, luchas por el botín entre las grandes potencias opresoras, como quedó demostrado en la Primera Guerra Mundial.
- Colonialismo y opresión de naciones: Las guerras también pueden ser una herramienta de las potencias para someter a naciones más débiles, apropiarse de sus recursos y perpetuar su explotación. Lenin denuncia las guerras imperialistas como mecanismos de dominación de las grandes potencias sobre los países coloniales o dependientes.
- Intereses y ganancias de las élites: Las guerras son impulsadas por los intereses de la burguesía y de las élites económicas que buscan enriquecerse y consolidar su dominio, a menudo manipulando a las masas con ideologías nacionalistas.
Para Lenin las guerras no eran producto de la maldad o la avaricia de los gobernantes, sino producto de la lógica del sistema capitalista donde la lucha por obtener materias primas y mercados se terminará resolviendo por la fuerza de las armas. La invasión a Irak en el 2003 fue un ejemplo nítido de la lucha por controlar parte del petróleo de medio oriente. Sin embargo, la mayoría de los conflictos armados no son solo guerras entre países, sino conflictos internos en los países donde las potencias imperialistas arman y financian a sus representantes, por ejemplo, el golpe de Estado de Chile en 1973, tuvo como fondo el control del cobre para los intereses de empresas norteamericanas, aquí los Estados Unidos financió y asesoró a los militares dirigidos por Pinochet[3].
La amenaza nuclear
Las potencias nucleares del mundo poseen más de 12,000 ojivas nucleares. Estas armas pueden matar a millones de personas directamente y, a través de su impacto en la agricultura, probablemente tienen el potencial de causar la muerte de miles de millones. Las armas nucleares mataron entre 110,000 y 210,000 personas cuando Estados Unidos las utilizó contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Desde entonces, han estado cerca de ser utilizadas nuevamente en más de una docena de ocasiones.[4]
No está claro si la humanidad, como especie, podría sobrevivir a una guerra nuclear a gran escala con los arsenales actuales. Una guerra nuclear bien podría acabar con la vida en todo el planeta, pero mientras el mundo sea controlado por la avaricia de la burguesía nunca podremos estar seguros de que esto no ocurra.
[1] https://www.uu.se/en/study/programme/masters-programme-peace-and-conflict-studies
[2] Pagina 47, fundación Federico Engels.
[3] https://litci.org/es/chile-a-50-anos-del-golpe-es-necesario-salir-del-eclipse/ 27/7/2024
[4] https://ourworldindata.org/nuclear-weapons