COVID-19 Nicaragüenses presos políticos

Presos políticos en el Covid 19

Los presos políticos son aquellos que están en la cárcel, sin haber cometido algún delito. Son personas a quienes se privó su libertad porque sus ideas se oponen al sistema político. Son prisioneros para que no estén organizando el descontento popular, para asustar a quienes luchan; es la represión de los explotadores.

Cuando aumentan las movilizaciones callejeras, se radicalizan las consignas y los métodos, también lo hace la represión. En las calles lanzan gases lacrimógenos, disparan balas de goma y encarcelan manifestantes. Pero también persiguen y se llevan a los activistas de sus hogares sin ninguna explicación.

Más cerca de lo que se piensa

En Costa Rica, durante la huelga de 2018 fue encarcelado Carlos Andrés Pérez, quien fue preso político de Carlos Alvarado. Fue condenado a dos años de prisión por un tribunal de Flagrancia, de la cual cumplió 6 meses. Esta sentencia fue anulada por errores a la hora de presentar las pruebas. La vedad es que Carlos nunca debió llegar a una celda. Su encarcelamiento fue por ser un obrero de Recope que paró las máquinas, que se lanzó a las calles para luchar contra el combo fiscal; fue enviado a la cárcel para asustar a los demás.

El mismo año, las protestas en Nicaragua contra el régimen de Ortega, llevó al encarcelamiento de más de 500 personas. Hoy la dictadura de Ortega mantiene alrededor de 93 presos políticos, algunos encarcelados meses después que se enfriara la situación política, demostrando que no hace falta estar en un tranque para terminar en la cárcel, porque la persecución política es sistemática.

La persecución es contra personas que luchan por causas justas. Por ejemplo, la lucha en Nicaragua comenzó por un ataque a los pensionados. Al igual que nuestro camarada Sebastián Romero de Argentina, fue perseguido más de dos años, después de una manifestación contra los ataques de Macri a la jubilación. Recientemente fue apresado en Uruguay, la persecución burguesa no conoce fronteras tampoco.

La situación en Chile

En Chile hoy hay más de 2500 presos políticos, algunos pasan más de 100 días sin recibir audiencia, encarcelados sin razón. En este país el gran nivel de ataque a la clase trabajadora, desencadenó una inmensa revolución popular. Cientos de miles salieron a la calle a protestar contra el gobierno neoliberal de Sebastián Piñera. Las fuerzas represoras del Estado se encontraron con un movimiento organizado, que respondió la violencia con auto defensa, para garantizar la seguridad de los manifestantes. En estas batallas campales murieron 30 manifestantes, además de 400 que fueron cegados por los ataques de los carabineros y la cifra de presos antes mencionada.

El hecho de tener presos políticos, es una violación a los derechos humanos. El único crimen que estas personas cometieron fue luchar por un mundo mejor. Por oponerse al a tiranía fueron despojados de su libertad. Su prisión es el precio que cobran los grandes opresores por mantenerse en el poder. Pero si a esto le sumamos una situación como la actual pandemia que vivimos, se vuelve una crisis humanitaria.

El virus en las prisiones

La salud de estos presos políticos está en peligro por el corona virus. En Nicaragua, según organizaciones civiles, de los 93 presos políticos que se registraban en abril, 40 son personas de alto riesgo; para comienzos de mayo se tenía 14 presos políticos con síntomas de COVID 19. El ingreso de insumos como alcohol en gel, mascarillas o jabón líquido de parte de las familias es prohibido por las autoridades carcelarias.

En Chile ya el coronavirus entró a las prisiones. Los presos han realizado huelgas, exigiendo que les permitan comer alimentos entregados por sus familiares y realizar casa por cárcel.

Estas personas tienen en común que salieron a las calles a luchar porque no se podía seguir en las condiciones en que las tenían sus gobiernos. Los sistemas de salud, completamente desarmados por el capitalismo, hoy no están dando abasto. Tanto Chile como Nicaragua se encuentran en la lista de países en etapa 4 de la epidemia, el contagio comunitario. Para muestra un botón, la situación del sistema de salud de esos países demuestra que todas las manifestaciones han sido justificadas.

Hasta que no caigan sus gobiernos burgueses, esta pandemia y las que vengan, avanzarán implacables cobrando la vida de cientos de miles de personas. Las protestas deben seguir hasta que caigan sus regímenes y el pueblo obrero pueda construir el sistema de salud y educación que necesita; y organice la sociedad.

Desde el PT apoyamos la lucha de nuestros países hermanos y exigimos la liberación de los presos políticos que mantienen los gobiernos de Ortega-Murillo y Sebastián Piñera. Libertad para Sebastián Romero y todos los presos por luchar.