Las elecciones se desarrollaron en el marco de la profunda crisis social y política que vive el país, lo cual se expresó en un aumento del abstencionismo y una gran dispersión del voto, con una fuerte tendencia a fortalecer expresiones políticas de derecha. Estas elecciones fueron las primeras que se realizan con la ley que prohíbe la reelección por más de dos períodos y dejó fuera a figuras caudillistas como Johnny Araya.
PLN profundiza su crisis
El principal afectado de la jornada es el PLN, luego de tres elecciones nacionales consecutivas perdidas ahora sufre una nueva debacle, pasando de 43 alcaldías a 28 (-15). Pese a ello, sigue siendo el partido con más alcaldías y se reparte con la Unidad Social Cristiana casi la mitad de municipios.
La crisis del PLN es algo que celebramos, no obstante, hay que alertar que luego de las traiciones de dos gobiernos del PAC mucha de esa crisis la están capitalizando opciones de derecha o partidos “de alquiler” donde los mismos actores cambian de bandera solamente, así como un fortalecimiento relativo del PUSC.
La ausencia de un partido de oficialista y la antidemocracia del TSE
Una de las grandes contradicciones de esta elección fue la ausencia de un partido oficialista. El TSE en una postura antidemocrática impidió la participación de grupos como “Aquí Costa Rica Manda” o “Pueblo Soberano”, con ello no fue posible que los sectores que apoyan al gobierno continuaran haciendo la experiencia y se midiera la popularidad de Chaves en el terreno electoral.
Nosotros combatimos en todos los terrenos al gobierno y a los partidos que lo defienden, pero no podemos legitimar las acciones del TSE. Incluso varios magistrados plantearon “alternativas” medias como decidir donde participaban o donde no las candidaturas de esos partidos, pero la posición mayoritaria fue el rechazo total a la participación de esos grupos.
La elección en San José y la apuesta por un “un nuevo progresismo”
En cantón central de San José el PLN sufrió una derrota, su caudillo Johnny Araya no podía encabezar la papeleta por la prohibición de reelección consecutiva. Diego Miranda, ex militante del Frente Amplio y regidor en dos periodos, fue electo por el partido cantonal Juntos, rompiendo con más de 33 años de dominio del PLN.
La elección de Miranda fue el principal hecho político de la elección, el desgaste del PLN, la ausencia de Johnny Araya como candidato y su rol en el Concejo Municipal potenciaron su elección.
El resultado en San José abre al menos dos discusiones estratégicas. La más inmediata es si se puede hacer un cambio con la misma institucionalidad municipal, ¿basta con elegir un nuevo partido para acabar con el saqueo, la privatización y el abandono de San José?
Diego Miranda ya ha dado algunas señales de que debe pactar con todas las fuerzas del Concejo –PLN incluido-. Que promete una mejor gestión del presupuesto –el mismo que le vote el Concejo- y de revisar algunos contratos privados que tiene la municipalidad (recolección, obra pública, etc.)
¿Hay otra alternativa? Nosotros creemos que sí, pero ese no es el programa de Juntos ni del mal llamado “progresismo”. La posibilidad de crear consejos populares en cada barriada que discutan sus necesidades y distribuyan su presupuesto de acuerdo a estas, la ruptura con todos los contratos privados que saquean el presupuesto municipal y una auditoria popular de todo el presupuesto son medidas concretas para romper con esa institucionalidad podrida que ha permitido al PLN y sus aliados mantenerse en el poder.
La otra discusión estratégica es si la elección en San José marca una reconstitución del “progresismo”, es decir, de opciones políticas que aparecen con un discurso moderado a favor de reformas pero que en esencia mantienen el modelo capitalista de saqueo. Con la crisis del PAC se abre un espacio en la disputa política que aún no está claro si Juntos y Miranda puedan ocupar en el terreno nacional.
El Frente Amplio en su laberinto
Lo que sí parece más evidente es que hay una apuesta de varios sectores como la prensa tradicional para que el Frente Amplio no ocupe el espacio que dejó el PAC, tratando de reducir la expresión electoral de ese partido.
En San José su apuesta fue Patricia Mora, presidenta del partido, ex diputada y ex ministra del gobierno de Carlos Alvarado. Mora quedó en cuarto lugar y muy lejos de disputar la alcaldía, con el saldo de un regidor en el Concejo Municipal y muy lejos de ser la opción de cambio al PLN:
Desde el PT no llamamos a votar al FA porque consideramos que dicho partido rompió hace rato con los principios de independencia de clase, la mejor expresión de esto fue la participación de Mora en el gabinete de PAC y su apoyo a la farsa del diálogo nacional de Alvarado para aplacar las protestas contra los acuerdos del FMI.
Los nuevos partidos locales y los partidos “autobús”
Otro elemento a considerar de la elección es la participación de partidos locales (ya sea a escala cantonal o provincial), así como aquellos partidos nacionales que sirven de “autobús” donde se suben viejos dirigentes de partidos tradicionales.
De los 84 cantones al menos 11 estarían siendo dirigidos por partidos locales. Algunos quieren presentar estos partidos como más cercanos a la gente o a las realidades locales, pero si se revisa las candidaturas electas muchos vienen de partidos tradicionales. Algo similar ocurre con partidos como Unidos Podemos que elegiría 9 alcaldías, pero muchas de ellas como Limón o Pococí vienen de otras agrupaciones.
La farsa de las elecciones más cercanas a la gente
El TSE hizo un gran despliegue propagandístico para posicionar la elección municipal como las más cercanas a la gente, lo cierto es que el gran abstencionismo demuestra la creciente crisis política y que las elecciones siguen siendo controladas en su mayoría por grandes intereses caudillistas locales.
La realidad es que el voto no refleja los intereses y necesidades de los sectores más oprimidos y explotados. Para cambiar la realidad de cada uno de los cantones se requiere una verdadera organización revolucionaria que luche contra los intereses caudillistas locales y por crear una nueva forma de organización basada en consejos populares.